Llevamos semanas oyendo hablar de C/2022 E3 (ZTF), el "cometa verde": un trozo de roca, hielo, polvo y gases que, en estos mismos momentos, está pasando muy cerca de la Tierra por primera vez desde hace 50.000 años. Y sí, evidentemente, se trata de una "oportunidad histórica": no solo no estaremos vivos dentro de otros 50.000 años, sino que es posible que ni siquiera vuelva.
No es de extrañar que miles de personas se hayan lanzado a las frías calles del hemisferio norte para tratar de encontrarlo mientras atraviesa el cielo nocturno. No es de extrañar tampoco que mucha gente se haya visto sinceramente decepcionada con un "cometa" que ha extendido cheques de espectacularidad que, sinceramente, no puede pagar.
¿De qué hablamos cuando hablamos de C/2022 E3 (ZTF)? El 2 de marzo de 2022, dos astrónomos (Bryce Bolin y Frank Masci) encontraron un asteroide con una magnitud aparente de 17.3 a una distancia de unos 640 millones de kilómetros del Sol. No era un asteroide, se dieron cuenta muy pronto.
Era un cometa y uno que se acercaba a buen ritmo hacia "nosotros": en noviembre ya se veía a plena luz del día (con medios técnicos adecuados, claro) y hace apenas unos días pasó por el punto más cercano al Sol. Entre el 31 de enero y el 1 de febrero será el momento en que esté más cerca de la Tierra (y, en consecuencia, es un momento excelente para verlo).
Pero ¿qué es exactamente eso que vamos a ver? Ahí está la cuestión. Aunque en todas las 'guías de avistamiento' se dice que "se puede ver a simple vista", también se añade "aunque es más que recomendable usar prismáticos". Lo cierto es que el C/2022 E3 (ZTF) es un cometa singular, pero todas estas semanas de 'hype' (un 'hype' ilustrado con imágenes no del todo realistas o directamente engañosas) han generado la falsa sensación de que estamos ante un tipo de cometa mucho más espectacular de lo que es en realidad.
Moderar nuestras expectativas. Sin llegar a la locura que produjo en 1910 el cometa Halley, sí es cierto que el C/2022 E3 (ZTF) se ha ido cebando con ilustraciones artísticas o imágenes recortadas. Eso no quiere decir que algunas de las imágenes que se verán no sean espectaculares (que lo son), sino que debemos moderar nuestras expectativas para disfrutar realmente de lo que estamos viendo.
Contra el FOMO la astronomía aficionada. No se trata de un fenómeno aislado. En los últimos años, a medida que accedemos a más y mejores imágenes del espacio, el riesgo de que la astronomía aficionada pierda popularidad está encima de la mesa. Más aún con la enorme cantidad de luces que estamos poniendo en el cielo nocturno.
Y es una pena, la verdad. No por la 'astronomía aficionada' en sí; ni siquiera por esa malsana costumbre de convertir todo en una ocasión para sentir miedo a perder algo... es una pena por "la magia". Porque ese cielo nocturno es una de las pocas cosas que aún nos unía a la fascinación cósmica que ha acompañado al ser humano desde su nacimiento. Y viendo cosas como las del C/2022 E3 (ZTF), uno se da cuenta de que tenemos que encontrar formas de alimentar el interés por el espacio, si no matar su magia por el camino.
Imagen | Edu INAF (Alessandro Bianconi)
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