La actividad solar acaba de romper un récord de 21 años: El mes de junio se cerró con 163 manchas solares, un número que indica que nuestra estrella está batiendo récords de actividad cuando quedan dos años para la llegada del pico estimado de su 25º ciclo.
Un ciclo precoz. El 25º ciclo solar comenzó en 2019 y desde entonces la actividad del astro al que orbitamos ha ido ganando fuerza a pasos agigantados. En este punto el número de manchas solares supera con creces no sólo lo que se esperaría en esta fase creciente del ciclo, sino que sobrepasa ya las predicciones hechas para el pico del ciclo, que debería llegar en julio de 2025.
Ciclos solares. El Sol no es tan estable como parece desde la Tierra y su actividad oscila en ciclos de unos 11 años de duración. En diciembre de 2019 comenzó en 25º ciclo solar del que tenemos constancia y ha venido superando las predicciones que de él habían hecho los astrónomos en lo que a su intensidad se refiere.
Una intensidad que suele verse reflejada en las manchas solares: a mayor número de manchas, mayor el número de eyecciones de materia y radiación que realice nuestra estrella. Las manchas solares son regiones en la superficie del Sol donde crece la actividad magnética.
Esto genera un aumento de la presión magnética y un descenso de la presión atmosférica en estas regiones (que pueden extenderse por superficies mucho más amplias que el diámetro de nuestro planeta). Curiosamente, en estas regiones tan activas, la temperatura disminuye con respecto al resto de la superficie de la estrella.
Con perspectiva. El Sol está batiendo un récord de dos ciclos y está superando con creces las predicciones iniciales, pero hay que tener en cuenta que éstas eran relativamente bajas en un principio. Si comparamos el número de manchas con los picos de ciclos solares más activos los datos no resultan tan abrumadores.
Por ejemplo, el pico del 23er ciclo, en julio del año 2000 se registraron casi 245 manchas solares. El primer ciclo del siglo XXI fue uno de intensidad intermedia si nos guiamos por el número de manchas solares. En tiempos modernos, el mes con mayor número de manchas solares observadas se dio en octubre de 1957, con cerca de 360 manchas detectadas.
El récord en número de manchas solares detectadas desde que tenemos registro se dio en mayo de 1778, durante el tercer ciclo solar del que tuvimos constancia, con casi 400 manchas observadas en el mes. Aún es pronto para saber si este ciclo estará entre los intermedios o los más activos, lo que sí sabemos es que ya ha superado las predicciones que hace años auguraban un ciclo calmado.
Un riesgo a no olvidar. El presente ciclo solar sigue presentando un riesgo importante de tormentas solares. En el último año y medio hemos vivido algunas de estas tormentas, que han tenido intensidades entre leves y moderadas.
Existen diversas herramientas para mantenerse al tanto de este tipo de fenómenos que pueden afectar a las comunicaciones. Agencias como la NOAA (National Oceanic & Atmospheric Administration) y la NASA trabajan en conjunto para poder alertar de posibles disrupciones en las comunicaciones en estos casos.
El hecho de que las sociedades humanas dependan en gran medida de las tecnologías de la comunicación hace que estos eventos puedan tener consecuencias más allá de dificultades para comunicarnos. La probabilidad de que se de un evento realmente disruptivo es nimia, pero aún nos queda mucha preparación para llegar a ser capaces de anticiparnos y prevenir muchas de sus consecuencias.
Imagen | NOAA
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