Cuatro grandes multinacionales españolas y un objetivo aún mayor: revolucionar la ingeniería espacial desde el software

Constelación de satélites. Fuente: GMV

Cuatro multinacionales de nuestro país aspiran a redefinir el espacio desde los satélites con sus antenas reconfigurables, detectores de estrellas, datos masivos e inteligencia artificial para aliviar el hambre en África, imágenes de alta precisión a más de 35.000 kilómetros de altura o sistemas de geolocalización de coches sin conductor.

Parece increíble que esto esté sucediendo en una España donde, según el decir de tantos, no somos capaces de innovar a gran escala, ningún ingeniero en su sano juicio debería querer vivir y carecemos de grandes empresas rompedoras en sectores de altísimo valor añadido.

Pero bajo la superficie de esos torpes brochazos, quizá sorprenda a más de uno descubrir que sí existen empresas españolas punteras en innovación digital espacial y bien nutridas por el talento y las ideas de cientos de ingenieros españoles que trabajan desde aquí para organismos como la NASA y la Agencia Espacial Europea. Y son multinacionales con decenas de proyectos a sus espaldas, no diminutas startups con todo por demostrar.

GMV

Por ejemplo, GMV dedica a la digitalización de los satélites una plantilla superior a “350 personas considerando las aplicaciones de navegación y observación de la Tierra, con una facturación anual aproximada de 35 millones de euros”. Una de las especialidades de la división de espacial de esta multinacional es la explotación de constelaciones de satélites para geolocalizar miles de vehículos en todo el mundo, incluidos aviones, trenes y barcos.

Miguel Ángel Molina, director Comercial de Espacio de GMV, recuerda, en ese sentido, que acaban de lanzar una solución de posicionamiento por satélite extremadamente precisa para mejorar las capacidades de los nuevos coches autónomos de BMW. Evitar un accidente o un volantazo a veces es cuestión de centímetros. Molina también destaca otros proyectos como Africultures y EO4SD Climate Resilience.

Africultures utiliza sensores para captar billones de datos sobre la agricultura africana y los convierte en conocimiento fácilmente accesible (mapas, gráficos, etc.) para que los Gobiernos tomen decisiones en tiempo real sobre seguridad alimentaria y sostenibilidad. EO4SD Climate Resilience, liderada por GMV, recopila y estructura la información que obtiene de la observación de la Tierra para ayudar a mejorar las infraestructuras y planificación contra los vuelcos del cambio climático.

Elecnor Deimos

Antonio Gutiérrez, director de Segmento de Tierra de Elecnor Deimos, asegura que “la unidad de negocio que trabaja en toda la cadena de valor de los datos de satélite tiene unas 80-90 personas, factura anualmente casi nueve millones de euros y canaliza una inversión (por ejemplo, a través del programa europeo Horizonte 2020 con otras empresas colaboradoras o proyectos cofinanciados) de aproximadamente dos o tres veces ese valor”.

Uno de los proyectos que lidera Elecnor Deimos, continúa, es NextGEOSS. Y consiste en “promover un punto de acceso centralizado a todo el ecosistema de datos europeos de observación de la Tierra con el objetivo de facilitar que miles de emprendedores desarrollen aplicaciones propias con ellos". NextGEOSS cuenta con la financiación de la Comisión Europea.

Store4EO es otro de los proyectos de Elecnor Deimos, respaldado en este caso por la Agencia Espacial Europea. Y aquí hablamos, matiza el directivo, de un “marketplace de microservicios que conecte a vendedores de aplicaciones de observación de la Tierra con clientes”. Uno de los aspectos particulares de esta actividad, advierte, “es la trazabilidad de la propiedad intelectual de los datos y servicios que gestionamos con tecnologías Blockchain”.

En cuanto a los productos para instituciones y empresas en particular, Gutiérrez destaca “identity4EO, que centraliza las tecnologías de autenticación, autorización y contabilidad para el acceso a servicios (y que actualmente suministramos, por ejemplo, a la Agencia Espacial Europea); KORE, que apoya a la agricultura de precisión mediante la fusión de varios tipos de imágenes de satélite con drones y modelos; o SIMOcean, un sistema para acceder en Portugal a fuentes de datos hidrográficos [mares, ríos, océanos, etc.] previamente inconexas”.

Sener

Mientras tanto, Sener lidera Madrid Flight on Chip, un consorcio regional de empresas y centros de investigación impulsado por la Comunidad de Madrid. Según Diego Rodríguez, director de Espacio de Sener Aeroespacial, el consorcio tiene dos objetivos.

El primero, matiza, es producir “satélites espaciales más pequeños y económicos”. El segundo, continúa, pasa por generar una plataforma donde “las firmas de aplicaciones de software, que no tienen la capacidad para desarrollar en su integridad equipos y sistemas para espacio debido a sus altísimos requerimientos técnicos, puedan empezar a hacerlo”. En ambos casos, el proyecto madrileño aspira a 'democratizar' los servicios espaciales.

Sener, advierte su directivo, ha participado en otras iniciativas como “los satélites de observación terrestre SMOS o BIOMASS, promovidos por la Agencia Espacial Europea para observar la evolución de los mares y los bosques”.

Y también han desarrollado, por ejemplo, “un escáner que permite al satélite realizar una fotografía con una altísima precisión a una distancia de 36.000 kilómetros”. Esto lo hicieron en el marco de los satélites Meteosat Tercera Generación (MTG) de la Agencia Espacial Europea y EUMETSAT, el consorcio europeo para la explotación de satélites meteorológicos.

CRISA

CRISA es una compañía controlada por Airbus Defensa y Espacio. La consideramos española en este reportaje, porque se fundó aquí en 1985 (de hecho, sus siglas responden al nombre de ‘Computadoras, Redes e Ingeniería S.A.U.’), su única sede se encuentra en Tres Cantos (Madrid) y su equipo directivo es español. Además, Airbus es un consorcio europeo que también cotiza en la Bolsa de Madrid y España es el tercer estado de europeo, después de Francia y Alemania, que más acciones posee.

Fernando Sanz, responsable técnico de CRISA, asegura que “más de 50 profesionales de la compañía trabajan directa o indirectamente en unidades digitales” y que dedican “2,5 millones de euros anuales a proyectos relacionados con la digitalización”. Llevan años digitalizando señales de vídeo y de control de motores, señales meteorológicas y, más recientemente, hasta las propias antenas.

Según Sanz, algunas de sus unidades son capaces de digitalizar la señal de radar reflejada en la superficie del océano y utilizarla para medir la velocidad del viento. También han digitalizado la señal de vídeo de GAIA, una sonda encargada de medir el brillo de las estrellas y sus propios movimientos. Gracias a eso, matiza, “es posible detectar dónde hay una estrella y dónde solo hay ruido”.

Las antenas españolas detectan estrellas en mitad del espacio

Ahora mismo, sigue, están trabajando “en lo que será la joya de la corona: hacer la propia antena tan digital como sea posible”. Y esto interesa muchísimo a las empresas, según Sanz, porque permite “cambiar dinámicamente los servicios y coberturas que ofrecen las antenas sin necesidad de más satélites, más antenas o gasto de combustible en reposicionar el satélite”.

CRISA ya ha dado un paso importante en esa dirección digitalizando el control de las antenas. Es decir, gracias a sus diseños, se puede modificar digital e instantáneamente el lugar al que apuntan sus señales (por ejemplo, buques en alta mar y aviones en pleno vuelo), aumentar su potencia y ampliar o reducir su frecuencia y ancho de banda.

Digitaliza tu producción (o muere)

Digitalizar y automatizar la producción de los satélites resulta extremadamente complejo, porque suelen ser unos aparatos prácticamente únicos, carísimos y con endiablados requisitos técnicos.

Sin embargo, todo esto está cambiando poco a poco gracias a la ‘democratización’ del espacio, que es a lo que conducen el diseño y utilización de unos satélites más pequeños, sencillos y económicos que forman constelaciones (lo hace la española SatelioT y lo impulsa Sener en Madrid Flight on Chip) o la irrupción del lanzamiento low cost (la española PLD Space fabrica cohetes reutilizables para propulsar satélites ).

Esa 'democratización' se nutre, igualmente, de la nueva posibilidad de reconfigurar los satélites y sus equipos en vez de tener que sustituirlos o complementarlos con otros (en línea con lo que propone CRISA con sus nuevas antenas). Al mismo tiempo, también ayuda que cada vez sean más empresas las que acceden a los servicios espaciales mediante iniciativas como las de Elecnor Deimos con su marketplace o GMV con la adaptación de su oferta de geolocalización al coche autónomo de BMW.

MBS y Dynamos: cuando todos los caminos llevan al ciberespacio

Diego Rodríguez, director de Espacio de Sener Aeroespacial apuesta por digitalizar la producción con “proyectos apoyados en una metodología de trabajo virtual, mediante programas de diseño, ingeniería y control de la producción, asociada a conceptos como el gemelo digital”. Esa metodología, llamada MBSE o Model Based Systems Engineering, facilita la “digitalización de los productos y procesos, así como en la conectividad de herramientas de simulación”.

Raúl Conde se dedica a la innovación y transformación digital en el área de Operaciones de CRISA. Y ellos han empezado a digitalizar la producción mediante la plataforma Dynamos. Con ella, matiza, “recogemos e integramos todos los datos relevantes para el área de fabricación, mostrando a cada usuario la información que necesita”. En ese sentido, han llegado a crear “un gemelo digital de toda la fábrica, con el que monitorizar, gestionar y controlar los procesos productivos”.

Dynamos también les proporciona, según Conde, “un sistema de fabricación en 3D, que indica a los operarios las actividades a realizar y que supone una mejora en los métodos de ejecución”. En paralelo, sirve para vincular digitalmente “las necesidades de nuestros proyectos con la disponibilidad de fabricación” y “asegurar una continuidad digital de los datos desde el origen del producto hasta la entrega final”.

La digitalización de la producción no es ningún detalle menor en la batalla digitalización de los satélites. De hecho, según el directivo de CRISA, “va a suponer un abaratamiento de los costes de los satélites y un time to market muy inferior al habitual, manteniendo una calidad muy alta". Un cliente comercial, sigue, "no puede esperar [como hasta ahora] cinco o seis años a poner un satélite en órbita, porque la oportunidad de negocio que pretendía explotar ya no existe y la tecnología que iba a utilizar está obsoleta”.

En otras palabras, las empresas se están jugando su supervivencia con la transformación digital. No pueden fallar.

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