Así empieza todo: como una deformación sutil en la gráfica que describe los datos de los sensores. Cuando hablamos de onda gravitacionales, resulta aún más extraño: porque ¿cómo es posible que esa sencilla curva sea el reflejo de uno de los eventos más salvajes del universo?
Hasta ahora eran colisiones de agujeros negros supermasivos, hoy parece que hemos encontrado la señal de otro evento digno del Apocalipsis: la colisión de dos estrellas de neutrones. Y es un bombazo científico porque éstas colisiones, a diferencia de las otras, sí se pueden ver con telescopios ópticos.
Érase una vez a 130 millones de años luz
Hablo de posibilidad, pero en realidad la cosa es tan seria que, según informa New Scientist, todos los grandes telescopios ópticos del mundo estarían escudriñando NGC 4993, una galaxia a más de 130 millones de años luz de distancia en la constelación de Hidra. Allá hay dos estrellas de neutrones entrelazadas.
Si todo sale según lo previsto, el día 25 de agosto tendremos, por fin, la confirmación definitiva y se iniciará el proceso de publicación. Sería la cuarta onda gravitacional detectada, pero una de un tipo radicalmente nuevo.
Hace unos meses, cuando se descubrió la tercera escribí aquí en Xataka que "No será la última vez que hablemos de ondas gravitacionales, pero no creo que en adelante lo hagamos muy a menudo". Tras la emoción del descubrimiento siempre quedan décadas de estudios. Pero los científicos de LIGO están por llevarme la contraria: si se confirma, será un bombazo y si no, se abre un misterio muy interesante.
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