El Skylab fue la primera estación espacial de los Estados Unidos. Lanzada en 1973, fue un proyecto colosal que costó más de dos mil millones de dólares. Se usó poco tiempo: recibió tres misiones tripuladas antes de ser abandonado el 8 de febrero de 1974. Y allí permaneció cinco años más.
Pero, tras 34,981 vueltas a la Tierra, Skylab y sus 77 toneladas comenzaron a ingresar en la atmósfera. La NASA no tenía muy claro en qué punto exacto iba a caer. Eran las 16.37 del 11 de julio de 1979. Media noche, hora local. Nunca se había escuchado una explosión así en la costa de Australia Occidental.
"Pensamos que era el fin del mundo"
“Pensamos que era el fin del mundo. Fue una llama terrorífica, como un avión ardiendo, con todas estas pequeñas piezas desprendiéndose. Fue grandioso”, explicó Dorothy Andre a The Monthly. Andre vivía en Esperance, la pequeña ciudad australiana que Skylab acababa de poner en el mapa.
La NASA mandó a sus funcionarios rápidamente para examinar, limpiar los restos. Pero, cuando llegaron descubrieron que el servicio de parques del condado les tenía guardada una sorpresa. Según contaba JM Jones, parte del equipo que viajó a recoger los restos,
“A nuestra llegada, el presidente del condado había organizado una ceremonia simulada en la que un oficial del servicio de parques emitió una multa a la NASA por tirar basura”
Fueron 400 dólares y no, nadie la pagó, claro. Sin embargo, en 2009, locutor de una radio local californiana, Scott Barley, se enteró que la multa nunca se había pagado e hizo una colecta entre su audiencia para pagarla. La campaña fue un éxito, pero cuando viajaron a pagarla, el alcalde les comentó que, aunque la multa había existido efectivamente, la multa había "prescrito hacía años”.
Es decir, la NASA (a diferencia de los Lannisters) no paga sus deudas.
Imágenes | Museo Skylab - Esperance
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