El modo de ahorro de energía de tu smartphone es un aliado perfecto cuando estás por debajo de un determinado porcentaje y quieres estirar al máximo la autonomía. Según el sistema, lo habitual es evitar que haya tráfico de datos de aplicaciones en segundo plano, se reduce el brillo e incluso el rendimiento. Pasa algo similar en los modos de ahorro de los portátiles. Pero, ¿cómo funciona un sistema similar en una nave de la NASA que orbita alrededor de la Luna?
El próximo fin de semana tendrá lugar un eclipse de luna peculiar. Ese día habrá superluna, y esa combinación no se repite con frecuencia. Para el LRO de la NASA será un momento fascinante. Este dispositivo espacial se encarga desde 2009 de espiar a la Luna y este fin de semana vivirá una situación única que deberá usar para recopilar información de la Luna en una situación que no ha tenido nunca la oportunidad de vivir. Pero ahí se acaban las buenas noticias: ese eclipse significará que no tendrá luz solar para recargar sus baterías y deberá tomar entonces una compleja decisión sobre su sistema de ahorro de energía.
Ahorrar energía pero sin renunciar al registro de una información valiosa
Con una vida útil inicial de dos años, que ya son seis, el eclipse total de superluna que viviremos este próximo fin de semana es literalmente una oportunidad que no se repetirá más en las jornadas de trabajo de la LRO de la NASA. Hasta 2033 no se repetirá este fenómeno y para entonces, quizás la nave ya no esté operativa (por ahora se ha asegurado seguir en funcionamiento hasta 2016).
Se da además la situación de que la Lunar Reconnaissance Orbiter estará realmente cerca de la superficie de la Luna cuando ocurra este eclipse, y será el momento ideal para realizar mediciones de temperatura, que se esperan inusualmente bajas y que proporcionarán a los científicos datos clave sobre el tamaño de ciertas partículas sobre esa zona de la superficie lunar. Para esas mediciones usará uno de los instrumentos que en teoría es candidato a quedar inhabilitado al activarse el sistema de ahorro de energía de la nave. Y eso no se puede posponer.
Durante las 2-3 horas en que a la nave le afectará el eclipse total de luna, sus placas solares quedarán privadas de energía solar con la que recargar sus baterías, algo que está en sus rutinas diarias. Es pues necesario dejar la nave en modo de ahorro de energía, que en teoría implica desactivar gran parte de los sistemas no esenciales.
Las situaciones anteriores dan bastantes esperanzas para que en la NASA estén relativamente tranquilos con esta situación. Hasta tres eclipses ha tenido que resolver la LRO en menos de un año y medio, y en algunos de ellos han ido probando a dejar encendidos determinados sensores aprovechando que las misiones iniciales para las que había sido creado el equipo, estaban cubiertas. Se podían pues tomar riesgos, y mediante ensayo-error, se iban activando y desactivando instrumentos sin poner en peligro la continuidad del sistema general.
Este eclipse será una nueva prueba en la que esperan poder mantener activos los sensores para medición de temperaturas y aun así, disponer tras el eclipse de energía suficiente para recargar baterías e iniciar el ciclo habitual de trabajo al día siguiente.
Más información | NASA.
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