Sí, en los últimos años hemos aprendido que la Vía Láctea no es tan plana como creíamos, pero en términos generales eso no cambia lo sustancial: nuestra galaxia es un gigantesco disco plano de estrellas, polvo, gas, planetas y algo de materia oscura con la forma inconfundible de una enorme y esponjosa tortita.
Eso está claro. Sin embargo, durante los años 50, los radioastrónomos empezaron a detectar algo curioso: había una especie de arco que se alzaba por encima (es decir, al "norte" del plano) de la galaxia. No solo eso, ese arco emitía ondas de radio. Le llamaron "Espolón del polo norte" y durante décadas ha sido uno de los grandes misterios astronómicos de los últimos años. ¿Por qué existía esa estructura? ¿Qué sentido tenía? ¿Cómo se conectaba con el resto de la galaxia?
Con el tiempo, los investigadores encontraron un fenómeno parecido (aunque no idéntico) en la región "sur" del plano de la galaxia. Se ha teorizado mucho sobre si eran tramos de un par de burbujas de gas perpendiculares al centro de la galaxia u otra cosa. Lo que no se le había ocurrido a nadie es que esas dos grandes estructuras magnéticas estuvieran conectadas.
¿Cómo se conectan?
Sin embargo, eso explicaría muchas cosas. Jennifer West, astrónoma de la Universidad de Toronto en Canadá, lleva unos años trabajando en la idea de que esas dos estructuras están interconectadas por un sistema de lo que podríamos denominar filamentos magnéticos. Estos filamentos paralelos rodearían el Brazo de Orión de la Vía Láctea formando una especie de túnel magnético de más de 1.000 años luz. Justo en el centro de ese túnel estaríamos nosotros y el resto del Sistema Solar que nos rodea.
Utilizando datos actualizados, West y sus colaboradores han modelizado estos "andamios" magnéticos que permiten explicar cosas como la forma, la polarización de la radiación electromagnética (es decir, cómo se retuerce la onda) y el brillo del Espolón del Polo Norte y la región del sur. Aún faltaría mucho por hacer para confirmar la existencia de los filamentos y el túnel, pero, sin lugar a dudas, "es increíble imaginar que estas estructuras están en todas partes, cada vez que miramos hacia el cielo nocturno".
Sobre todo, porque este modelo abre las puertas para entender cómo nacen y funcionan los campos magnéticos a nivel galáctico. Al fin y al cabo, "Los campos magnéticos no existen de forma aislada. Todos deben conectarse entre sí", explicaba West. Y este hallazgo teórico permitiría explicar cómo se conectan los campos locales con el campo magnético galáctico de mayor escala.
Imagen | Carlos Kenobi
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 8 Comentarios