Las diferentes condiciones del espacio frente a la Tierra hace que no sea el lugar más adecuado para la vida del ser humano. La ausencia de gravedad debilita por ejemplo los huesos, haciendo que sea más fácil que estos se quiebren. ¿Qué puede hacer un astronauta a falta de un médico? Curarse a si mismo con huesos impresos en 3D.
Unos investigadores de la Universidad Técnica de Dresde (TUD) han desarrollado para la Agencia Espacial Europea (ESA) una posible solución para curar huesos y heridas en el espacio. Todo se basa en imprimir en 3D huesos y piel sintéticos utilizando células madre y otros componentes orgánicos además de recursos que podrían estar disponibles para los astronautas en el espacio. En el siguiente vídeo aparece la impresión de piel sintética:
Luchando contra la falta de materiales y gravedad
En la Tierra ya se utiliza la impresión 3D para curar a personas. Las pieles sintéticas impresas en 3D son una realidad y también contamos con huesos artificiales especialmente creados para cada implante con tecnología de impresión 3D. El problema es que esto no es algo tan sencillo a decenas de miles de kilómetros de la Tierra y en condiciones de baja gravedad. Los investigadores de TUD dicen haber solucionado esto.
Para la ausencia de materiales (tintas biológicas con las que construir pieles y huesos) proponen utilizar composiciones que ya se encuentran en el ser humano, el cuerpo del astronauta en este caso. Por ejemplo para obtener pieles impresas en 3D utiliza el plasma de la sangre del astronauta, rica en nutrientes para conseguir las células de la piel. En cuanto a los huesos, se hace uso de células madre del cuerpo que posteriormente se convierten en hueso. Para reforzar el hueso lo mezclan con cemento óseo de fosfato de calcio que mejora su resistencia. En el siguiente vídeo se muestra cómo imprimen una estructura ósea:
¿Y qué hay de la microgravedad? Imprimir en 3D en el espacio es más complicado debido a que la tinta fluida (compuesta de lo que se ha comentado anteriormente) no se queda "quieta". La solución pasa por aumentar la viscosidad de esta tinta obtenida con plasma, según los investigadores. Para las pruebas agregaron metilcelulosa y alginato, dos componentes que se obtienen de plantas y algas (en principio en un viaje largo los astronautas llevarían plantas para estudios u otras necesidades). Dado que aún no han podido probar en el espacio el nuevo método de impresión para ver cómo afecta la microgravedad, los científicos demostraron su efectividad colocándola boca abajo aquí en la Tierra.
Tampoco han probado aún las impresiones con ningún astronauta herido, sin embargo aseguran que en principio no debería darse problemas de rechazo. Al utilizarse plasma, células madre y otros componentes del propio astronauta accidentado, el cuerpo no debería rechazarlo. Por otro lado, creen que es una solución mucho más efectiva que hacer un injerto o reparaciones óseas no tan compeltas como un implante.
Más información | ESA
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