Eclipsar el Sol con el vuelo sincronizado de dos satélites: todo listo para la insólita misión Proba-3 de la ESA

  • La empresa española SENER dirige esta misión de vuelo en formación para la Agencia Espacial Europea

  • El eclipse solar artificial permitirá estudiar la corona del Sol desde el espacio como nunca antes

Imagen conceptual de la misión espacial Proba-3 de la ESA
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Ha tardado años en gestarse, pero la misión espacial Proba-3 de la Agencia Espacial Europea (ESA) partió al fin hacia la India para su lanzamiento. Liderada por la empresa española SENER, Proba-3 consta de dos satélites que se sincronizarán en vuelo para conseguir un hito histórico: un eclipse solar artificial para estudiar la corona solar desde el espacio.

El lanzamiento. Está previsto que Proba-3 despegue desde el Centro Espacial Satish Dhawan de la India el próximo 4 de diciembre. La misión, que combina el conocimiento de la industria aeroespacial española con la potencia aeroespacial de la India, es un nuevo ejemplo de cooperación entre la ESA y la Organización India de Investigación Espacial (ISRO).

Los satélites despegarán a bordo de un cohete PSLV-XL de ISRO, un lanzador de coste razonable con la potencia necesaria para colocar ambas naves en una órbita elíptica que ascenderá hasta una distancia de 60.000 km antes de situarse a tan solo 600 km de la Tierra.

La misión. Los protagonistas de Proba-3 son dos satélites autónomos que operarán a 150 metros de distancia, alineados en un vuelo síncrono con una precisión milimétrica sin precedentes. El Coronagraph, diseñado para estudiar la corona del Sol, quedará protegido de la luz solar directa por el Occulter, encargado de bloquear el disco solar.

Este concepto de eclipse artificial permitirá a los científicos observar fenómenos solares sin las turbulencias que introduce la atmósfera terrestre, lo que mejorará sus predicciones en materia de meteorología espacial. El clima espacial, especialmente ahora, en pleno máximo solar, tiene un impacto directo en las comunicaciones, los satélites y los sistemas eléctricos de la Tierra.

En detalle. Para mantener su alineación, los satélites funcionarán como un único instrumento. Los sistemas de navegación y control de ambas naves calculan de manera autónoma su posición y trayectoria, sin intervención humana. Este enfoque autónomo ha sido uno de los mayores desafíos de la misión, y un avance significativo para futuras misiones espaciales de vuelo en formación.

La pareja realizará su vuelo sincronizado durante las seis horas previstas en torno a su altitud máxima de 60.000 km, donde la atracción gravitatoria de la Tierra será menor, al igual que la cantidad de propelente necesario para afinar sus posiciones.

Liderazgo español. España ha jugado un papel central en Proba-3. SENER dirige el proyecto para la ESA. La división española de Airbus Defence and Space aportó las plataformas de los satélites. Y GMV, otra empresa aeroespacial española, desarrolló el subsistema de vuelo en formación.

Con un presupuesto total de 200 millones de euros, cerca del 40% de la misión está financiado por España. También Bélgica tiene una participación importante con Redwire Space como responsable de la aviónica de la misión y Spacebel como proveedor de software.

Mil horas de observación. Proba-3 es una misión científica de la ESA que busca un avance en el conocimiento de la corona solar con hasta mil horas de observación continua de la atmósfera del Sol gracias a un eclipse solar artificial.

Pero sobre todo es un demostrador tecnológico que promete redefinir el estudio de la corona solar y sentar las bases de futuras misiones que busquen explorar el cosmos con vuelos en formación.

El uso de satélites en vuelo en formación podría allanar el camino para nuevos telescopios espaciales de múltiples componentes y nuevos sistemas de interferometría, así como para operaciones de mantenimiento en órbita que requieran la actuación simultánea de varias naves.

Imagen | ESA-P. Carril

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