El Sol es el cuerpo celeste más importante de nuestro Sistema Solar, todo gira a su alrededor, literalmente y metafóricamente. A pesar de todo, seguimos sin conocer al completo su funcionamiento ni qué da origen a algunos fenómenos que suceden en la estrella, por ejemplo los ciclos solares que vimos recientemente. Pero hay mucho más que conocer del Sol, unos investigadores creen que la mejor forma de hacerlo es creando su propio Sol, en la Tierra.
Soles artificiales el humano ya ha creado unos cuantos. Algunos como Synlight sólo pretenden iluminar un pueblo donde las montañas impiden la llegada de los rayos del Sol. Pero en otros casos el propósito es la investigación y la ciencia. Ocurre por ejemplo con el sol artificial que está creando China, con calor suficiente como para tratar de conseguir fusión nuclear en la Tierra.
Una "gran bola roja" que mide tan sólo tres metros
Unos físicos de la Universidad de Wisconsin-Madison han construido un Sol en miniatura en un laboratorio. No es una enrome masa incandescente, sino más bien una esfera hueca de tres metros de diámetro a la que le han colocado diferentes componentes para simular una estrella. Este sol artificial cuenta entre otras cosas con un potente imán en el centro que, al encenderlo y bombearle helio, se ioniza creando plasma. Después de eso es cuestión de aplicar corriente eléctrica y esperar a que el plasma interactué con la electricidad creando fenómenos parecidos a los del Sol.
La idea de Gran Bola Roja (nombre por el que han bautizado a este sol en miniatura) es poder recrear el viento solar. El viento solar es una corriente de partículas que se liberan desde la atmósfera del Sol, están cargadas de electricidad y están compuestas por protones, electrones y partículas alfa, que son lo que componen el plasma.
El equipo de investigadores ya ha obtenido algunos resultados positivos con este sol artificial. Han podido demostrar en primer lugar cómo se genera la espiral de Parker, la forma que tiene el campo magnético del Sol en el Sistema Solar. En el laboratorio han podido comprobar cómo el Sol emana su campo magnético de forma directa al inicio y posteriormente se transforma en una espiral al pasar cierta distancia.
Otro fenómeno que se ha podido comprobar con la Gran Bola Roja es el de las erupciones de plasma. Hasta ahora tan sólo podíamos ver estas erupciones, pero ahora se ha identificado su origen. Al parecer, en ciertas regiones el campo magnético es más débil, por lo que el plasma se puede escapar de él y provocar una erupción hacia el exterior del Sol (algo que también ha ocurrido en el sol artificial de los físicos).
Comprender estos fenómenos es esencial para entender por qué nos afectan en la Tierra y a los satélites que tenemos en órbita. Los satélites o incluso los componentes electrónicos que tenemos en la Tierra se ven afectados en cierta medida por el viento solar que emana la estrella.
Vía | Universidad de Wisconsin-Madison
Más información | Nature
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