Estos "fantasmas" acompañan a uno de los fenómenos atmosféricos más extraños y espectaculares, los duendes o sprites
Los fenómenos luminosos transitorios aparecen en las capas medias de la atmósfera. Existen varios tipos, cada uno con distinta apariencia y proyectando distintos colores. Su apariencia es espectral pero el gran misterio es la ciencia detrás de ellos. Un misterio que poco a poco vamos desvelando.
Fantasmas sin ectoplasma. Un nuevo estudio ha revelado lo que hay detrás de los escurridizos fenómenos luminosos transitorios (TLE por sus siglas en inglés) conocidos como los fantasmas o GHOST (acrónimo de GreenisH Optical emission from Sprite Tops). Los responsables de este fenómeno serían, según este nuevo estudio, pequeñas partículas de polvo estelar.
GHOST. Estos fantasmas tienen una apariencia nebulosa y verde y aparecen ocasionalmente en la parte superior de otros TLE, los conocidos como sprites (duendes). Por tanto, el nombre GHOST además de referirse a la apariencia espectral de estos fenómenos, también hacer referencia al color (greenish) de éstos y al lugar donde aparecen (sprite tops).
Los TLE son, a su vez, fenómenos vinculados a las tormentas eléctricas. Si bien las tormentas se producen en las capas bajas de la atmósfera, los TLE ocurren en las medias, entre los 40 y los 100 kilómetros sobre la superficie, intervalo que aproximadamente coincide con la extensión de la mesosfera.
Vigilancia constante. Los fantasmas son fenómenos muy escurridizos. Tan solo se manifiestan en una pequeña proporción de los sprites, que a su vez aparecen solo acompañando a un puñado de tormentas. Así que el equipo de investigadores encabezado por María Passas Varo que se propuso indagar en este fenómeno tenía una inmensa dificultad por delante: encontrar uno que estudiar.
La oportunidad llegó en 2019 cuando el equipo se topó con un fantasma los suficientemente potente y definido como para poder realizar un análisis espectroscópico (nunca mejor dicho) del evento. Los detalles de este análisis y sus resultados fueron publicados en un artículo en la revista Nature Communications.
Fantasma de metal. El reciente estudio de este fenómeno ha venido a contradecir la principal hipótesis que hasta ahora se tenía sobre el origen de este fenómeno. El color verde de los fantasmas hacía intuir que era el oxígeno el elemento que lo propiciaba, más o menos como ocurre con las auroras.
El análisis espectral ha mostrado otra cosa. Concretamente, que los responsables de este fenómeno son metales como el hierro y el níquel.
¿Hierro en la atmósfera? Cualquiera que se extrañe de la presencia de estos metales en la atmósfera está excusado. No es que la presencia de metales en sí sea algo nuevo, pero tal y como admiten los responsables del estudio, esta hipótesis ni siquiera había sido considerada.
La procedencia de estos metales en un lugar tan extraño tiene que ver con la llegada de polvo interestelar a nuestro planeta. Algo habitual como la llegada de pequeños asteroides que chocan contra ella desintegrándose.
Ondas de gravedad. Lo que en cierto modo ha sorprendido a los investigadores es que estas partículas lleguen a capas bajas de la atmósfera, lo que vinculan a coyunturas de la interacción gravitatoria, las ondas de gravedad.
Justo ese día observamos ondas de gravedad, unas perturbaciones atmosféricas producidas por movimientos verticales intensos en el aire, como los generados por las tormentas”, explicaba en una nota de prensa Passas Varo.
“Sabíamos que en la atmósfera existen capas de metales, que proceden de la entrada de polvo interestelar en la atmósfera, y todo apunta a que estas fluctuaciones en la densidad del aire hacen que la altitud de estas capas de metales sea variable: así, esta variabilidad sería la responsable de que no siempre aparezcan los fantasmas”.
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