El ciclo solar 25 está acercándose a su pico y eso quiere decir que nuestra estrella tiene sobre sí más ojos que nunca. Y entre todos los fenómenos que podemos observar están los agujeros coronales, algunos de tamaño descomunal.
Un agujero a cada lado. Las observaciones del Sol realizadas durante las últimas semanas nos han permitido ver inmensos agujeros en su corona, la parte más exterior de la estrella. Hace una semana, por ejemplo, el ciclo de rotación solar nos mostraba uno de estos agujeros con una superficie tan grande como 60 Tierras.
Ahora este agujero permanece oculto al otro lado del astro, y es un nuevo agujero en que nos queda enfrente. Uno que podría verse como el resultado de la unión de dos agujeros más pequeños, uno situado en torno al ecuador solar y otro en el sur, unidos por una larga y oscura franja.
¿Qué son exactamente estos agujeros? Los agujeros en la corona solar son regiones en la corona en la que los campos magnéticos presentes en el exterior del Sol se atenúan o desaparecen. Esto permite que los vientos solares emanen desde las capas interiores del astro hacia el espacio exterior.
Estos agujeros son semejantes a las manchas solares en tanto en cuanto se trata de regiones más frías y oscuras situadas en las capas exteriores del Sol. Sin embargo las diferencias entre ambos fenómenos son fundamentales: las manchas se producen en la fotosfera, la capa más baja del exterior solar. Las manchas no son, además, regiones “huecas” sino áreas de intensa actividad magnética.
Los agujeros en la corona solar son fenómenos en cualquier caso semejantes a las manchas solares y guardan con ellos una similitud importante: están vinculados a tormentas solares.
Posibles tormentas. Es por eso que los expertos advierten de un aumento en la probabilidad de que suframos tormentas solares en los próximos días. En función de la posición de la última mancha solar en mostrarse ante nosotros, se estima que los días con mayor probabilidad de tormentas serán el 14 y el 15 de diciembre.
El otro gran agujero presente en el Sol durante las últimas semanas podría volver a mostrarse ante nosotros en las próximas semanas. La rotación solar dura aproximadamente 24,5 días, así que, si este otro agujero no se cierra, podría de nuevo aumentar el riesgo de tormentas solares en el futuro cercano.
Ciclo 25. El 25º ciclo solar está siendo más intenso de lo que los expertos esperaban. Además, su pico se ha adelantado con respecto a lo estimado por los modelos. Estos hechos han propiciado que la preocupación por los efectos de una gran tormenta solar hayan tomado protagonismo en el día a día. Por ahora, eso sí, no hay indicios de que nos encontremos a las puertas de una de estas tormentas y la probabilidad sigue siendo baja.
Los ojos puestos en el Sol. Y es en este contexto que las agencias espaciales y meteorológicas monitorizan con atención la actividad solar durante estos meses de actividad alta. Si algo ocurre, estar al tanto es clave para minimizar los posibles perjuicios causados por las tormentas solares y el resto de fenómenos vinculados a la actividad solar como las tormentas de radiación.
Para ello, agencias espaciales como la estadounidense (NASA) y la europea (ESA) cuentan con observatorios como el SOHO (Solar and Heliospheric Observatory) y el SDO (Solar Dynamics Observatory). Estas sondas monitorizan constantemente la actividad solar para avisarnos en tiempo real de cualquier cambio observable.
Los datos compilados ayudan a las agencias meteorológicas como la NOAA estadounidense a generar previsiones de la meteorología espacial tal y como lo hacen de la meteroología atmosférica. Si bien mucha de la información que compilan es principalmente de utilidad para profesionales como los del sector de la aviación, la información básica también se publica de forma que todos podamos acceder a ella y comprender posibles riesgos.
Imagen | NASA LASCO/NRL SOHO
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