Se repite la historia. Una vez más los restos de un enorme cohete chino están fuera de control y, según el Comando Espacial de Estados Unidos, caerán en algún lugar de la Tierra durante la próxima semana. El gigante asiático también ha sido responsable de otras dos desorbitaciones incontroladas en los últimos tres años.
En esta ocasión, la etapa central de 20 toneladas del cohete Long March 5B está dando vueltas alrededor de nuestro planeta tras haber cumplido su misión. La misma, que responde a los ambiciosos planes de exploración espacial de China, consistía en poner en órbita Wentian, el segundo módulo de la estación en órbita Tiangong.
Despegue exitoso, caída descontrolada
El cohete Long March 5B despegó con éxito de la base de lanzamiento de Wenchang, en Hainan, el pasado domingo a las 14:22, hora local (08:22 hora peninsular española). Al cabo de unos minutos, desprendió su etapa central y el módulo Wentian siguió viaje hacia la estación espacial, acoplándose al puerto frontal de Tianhe más tarde.
Ahora, al igual que en los dos lanzamientos anteriores con el mismo tipo de cohete, la etapa central está fuera de control y a la merced de las fluctuaciones de la atmósfera provocadas por los cambios de la actividad solar. Aunque se puede rastrear con precisión, no es posible identificar la ubicación exacta de impacto en la Tierra.
El profesor de la Universidad de Columbia Británica y autor de un estudio sobre los desechos espaciales señala que este tipo de caídas incontroladas representan un riesgo mínimo para los humanos, pero se trata de una situación completamente evitable ya que la industria espacial, por lo general, se encarga de efectuar reingresos controlados.
Cuando hablamos del Long March 5B hacemos referencia a un enorme aparato de más de 20 toneladas cuya etapa central puede no desintegrarse completamente en el reingreso, por lo que algunas partes podrían traspasar la atmósfera. Si se trata de un reingreso controlado se sabe exactamente dónde caerán, en este caso no hay datos precisos.
De momento, según recoge CNN, el Comando Espacial de Estados Unidos, ha delimitado una amplia zona geográfica donde los restos del cohete chino podrían impactar, un área entre las latitudes de 41 grados sur y 41 grados norte del ecuador, pero el punto de entrada exacto no se sabrá hasta unas pocas horas antes del reingreso.
China ha sido criticada por la NASA en reiteradas ocasiones por el manejo de sus desechos espaciales. La agencia estadounidense asegura que "las naciones que realizan actividades espaciales deben minimizar los riesgos para las personas y las propiedades en la Tierra". El país asiático, según Global Times, asegura que se trata de temores exagerados.
Imagen | China News Service
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