Es muy fácil que la apariencia de la Luna nos engañe. Prácticamente no tiene atmósfera, no hay nada más que arena y rocas, expuesta a la radiación espacial y a temperaturas extremas... pero poco a poco nos hemos ido dando cuenta que nuestro satélite esconde muchos más recursos de los que creemos.
¿Cuáles? Pues agua, de forma inequívoca e incluso con su propio ciclo natural, y ahora los esfuerzos más recientes están dejando bastante claro que en la Luna también hay grandes reservas de oxígeno. La NASA y la Agencia Espacial Australiana ya han pactado unir esfuerzos para buscar el mejor modo de extraerla, nada menos.
Aire para todos durante milenios
Ese oxígeno está "atrapado" en el regolito, o lo que es lo mismo: rocas y otros pequeños sedimentos fragmentados que no están consolidados con el resto de la superficie lunar y cuyo origen radica en los impactos de meteoritos. ¿Cuánto? Pues se estima que haya 630 kg de oxígeno solidificado en cada metro cúbico de regolito lunar. Y eso es suficiente oxígeno como para mantener a una persona viva durante dos años aproximadamente.
Si tenemos en cuenta que la capa de regolito en la luna tiene un grosor de 10 metros y hacemos cálculos con lo que podríamos obtener en toda la superficie lunar nos sale que toda la población de la Tierra podría vivir en la luna durante 100 siglos. No necesitamos tanto, pero desde luego queda claro que la disponibilidad de oxígeno en la luna no es ningún problema.
El problema es que ese oxígeno está "atrapado" en compuestos minerales como sílice, aluminio, magnesio o hierro, y de momento el mejor proceso que tenemos para extraerlo es la electrólisis. La mala noticia es que ese proceso requiere de mucha energía.
La ESA ya tiene planes para hacer pruebas de esa electrólisis en la Luna en 2025 llevando reactores experimentales, y se espera que la energía solar que podemos explotar también en la luna tenga su papel en el esfuerzo. Un factor motivador es que la electrolisis para obtener agua produciría materiales como el aluminio como subproducto, que también se podrían aprovechar en las instalaciones lunares.
Será algo que tardaremos en ver debido al coste de llevar toda la infraestructura necesaria a la Luna, pero una cosa está clara: en el futuro no necesitaremos transportar aire hacia nuestro satélite y podremos depender del que hay escondido en sus rocas.
Imagen | NASA
Ver 19 comentarios