Tras varios retrasos en la fecha de realización, SpaceX por fin ha completado el primer vuelo comercial del Falcon Heavy, como indica su nombre su cohete más grande. Un vuelo con el que vuelven a hacer historia en su palmarés espacial y con el que han colocado un satélite de telecomunicaciones en órbita.
Éste era, digamos, el objetivo esencial de la misión. Pero el interés también estaba en que los tres propulsores volviesen sanos y salvos a las plataformas, de modo que su reutilización fuese posible, y así ha sido.
Esta vez se han recuperado los tres sin problemas
Estrictamente, el primer lanzamiento del Falcon Heavy ocurrió el año pasado en febrero. Un lanzamiento que seguimos en directo y que no cumplió todos los objetivos, ya que se recuperaron los dos cohetes laterales pero no el central (que acabó estrellándose), con un éxito del 50% en la misión.
En esta ocasión el plan era que el cohete pudiese insertar el satélite de telecomunicaciones Arabsar-6A en órbita, a unos 3.200 kilómetros de la Tierra, lo cual posteriormente se ha confirmado con éxito. Una distancia que es muy exigente, de ahí que lo ideal es que se encargase de ello un cohete potente como éste, a diferencia de los Falcon 9.
De este modo, los tres propulsores han despegado y han aterrizado de nuevo en sus plataformas sin ningún incidente a lamentar y tras colocar dicho satélite artificial. Ha sido una maniobra parcialmente sincronizada en la que los cohetes laterales han aterrizado en Cabo Cañaveral, y posteriormente ha sido el propulsor central el que ha aterrizado con éxito en una plataforma a 970 kilómetros de la costa.
Cohetes 100% reutilizables
El recorrido de SpaceX en la carrera espacial ha sido mucho más corto en comparación a las grandes agencias espaciales, pero en este breve tiempo han conseguido gran parte de sus propósitos y la envergadura de sus planes no es ni mucho menos modesta. Con este nuevo logro han mantenido una de sus principales filosofías, la reutilización de los cohetes, al lograr que éstos despegaran, cumpliesen el cometido y volviesen, sin quedar orbitando y alimentando la problemática masa de basura espacial.
En aquel primer vuelo de prueba (con el lanzamiento del Tesla Roadster, que eso sí acabó siendo basura espacial), los dos cohetes laterales ya estaban siendo reutilizados. En este caso no ha sido así y se trataba de cohetes nuevos, correspondiéndose a la última versión diseñada por la compañía (Block 5), más fiables, con mejor escudo térmico y mayor fuerza de empuje.
Así, esto es un hito más en el camino de lograr lanzamientos lo más económicos, autónomos y limpios posible sin renunciar a la potencia necesaria para determinadas misiones. Seguiremos atentos a las posteriores misiones, sobre todo atendiendo al empeño de Elon Musk y los suyos en llegar de nuevo a la Luna o a Marte.
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