Uno de los efectos que tiene la falta de gravedad en el espacio es que los huesos y músculos sufren. En ambos casos, sus principales funciones en la Tierra no están casi presentes y mientras que los músculos tienden a volverse más débiles y se atrofian, los huesos pierden masa y también se debilitan.
Por estas razones los astronautas se someten, además de a fuertes entrenamientos antes de viajar y mucho ejercicio cuando están en el espacio, a pruebas médicas tanto al partir como al regresar de su misión con el objetivo de conocer cómo ha sufrido su organismo estar con gravedad cero.
Pero gracias a los fabricantes MRI-Tech Canada y Com Dev International, en 2016 podrán llevar su propia máquina de resonancia para evaluar las veces que quieran la evolución de sus músculos y huesos, lo que servirá para un mejor cuidado de su salud y un estudio más concreto de cómo afecta la ausencia de gravedad a nuestro cuerpo.
El primer sistema, que reduce su volumen de forma considerable respecto a una misma máquina que encontramos en un hospital, además del peso (50 kg), podría llegar a la Estación Internacional Espacial en 2016. La novedad reside en la tecnología usada para crear el campo magnético necesario para evaluar variaciones en el hidrógeno del agua del cuerpo. La nueva máquina, llamada TRASE (Transmit Array Spatial Encoding) recurre a pulsos de radiofrecuencia que se pueden aplicar en zonas muy concretas.
En el caso de este primer dispositivo, se podrá evaluar la muñeca, pero la tecnología está previsto que siga desarrollándose hasta conseguir reducir complejidad, precio y dimensiones de los actuales sistemas MRI de los hospitales.
Vía | NewScientist.
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