La Luna ejerce una importante influencia sobre la Tierra. Su efecto más palpable es el de las mareas en mares y océanos, tanto que la palabra “marea” es utilizada para describir cómo las interacciones gravitatorias entre dos cuerpos pueden deformar uno. Pero esta fuerza de mareas no solo afecta a as aguas, también a nuestra magnetosfera.
Mareas vivas. Un estudio reciente ha comprobado que la influencia de la gravedad de nuestro satélite, la Luna, no solo afecta a los líquidos como la hidrosfera de nuestro planeta, sino que también puede afectar y moldear la plasmasfera, una de las capas de la magnetosfera terrestre.
La plasmasfera es una de las capas de la magnetosfera Terrestre. Está formada por plasma (o gas ionizado) de baja temperatura y tiene una forma toroidal (de rosquilla) con la Tierra en su hueco. La plasmasfera se sitúa justo por encima de la ionosfera. El límite exterior de la plasmasfera recibe el nombre de plasmapausa.
A través de la analogía de las mareas oceánicas, podemos visibilizar la plasmasfera como un “océano de plasma puede deformarse en su entorno, haciendo que la plasmaoausa ondule como la superficie marítima hace con las mareas.
40 años de observaciones. El equipo de investigadores responsable de este hallazgo analizó datos obtenidos por distintos satélites artificiales cuyas órbitas cruzaban la plasmasfera. En total, los satélites cruzaron más de 50.000 veces la plasmapausa (casi 36.000 de estos cruces se hicieron en condiciones de baja actividad geomagnética.
Los datos comprenden el periodo entre 1977 y 2015, es decir, abarca cuatro ciclos solares completos, gracias a lo cual fue posible aislar el efecto del sol sobre las ondulaciones en la plasmasfera. Los investigadores pudieron así constatar los ciclos mensuales que seguía la plasmasfera. Los detalles del estudio fueron publicados en la revista Nature physics.
Tres elementos básicos. La receta para estas mareas en el océano de plasma es bastante sencilla, tan solo hacen falta dos objetos que compartan interacción gravitatoria y que uno de ellos cuente con un campo magnético. Es por eso que los investigadores responsables del estudio crean que se trata de un fenómeno relativamente común en el universo.
Pese a ello, el equipo admite no estar muy seguro de cómo funciona exactamente esta interacción. Una posibilidad que plantean es que la gravedad de la Luna cause pequeños cambios en el campo electromagnético de la Tierra en su conjunto, si bien es tan solo una hipótesis.
Marea protectora. Entender mejor nuestra magnetosfera es prioritario para muchos investigadores. No en vano nos encontramos frente a un nuevo punto álgido en lo que a la actividad solar se refiere, dentro del ciclo solar 25. En un mundo cada vez más dependiente de las comunicaciones dependemos cada vez más de esta protección.
“Sospechamos que la marea de plasma observada pueda afectar sutilmente a la distribución de la en las partículas energéticas del cinturón de radiación, las cuales suponen un riesgo conocido para las infraestructuras y las actividades humanas basadas en el espacio”, explican los autores en su artículo.
Imagen portada | NASA/Goddard Space Flight Center Scientific Visualization Studio
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