Un satélite de la NASA añade nueva información sobre lo que sabíamos de los mares que surcan los océanos de nuestro planeta
¿De qué color es el mar? Si le preguntas a un niño te va responder sin dudarlo que su color es azul. Si le preguntas a un adulto, aunque alguno seguirá respondiendo que azul, muchos otros dirán que el color es transparente, y que lo que los niños piensan se debe al reflejo del cielo y/o a la absorción y dispersión de la luz. Para complementarlo todo un poco más, la NASA ha compartido las primeras imágenes de su satélite PACE. ¿Por qué los océanos no tienen el mismo color?
El color depende de muchos factores. Las imágenes que nos acompañan se tomaron a cientos de kilómetros de la Tierra y delatan lo que está ocurriendo en el planeta en clave medio ambiental. No es lo mismo una captura de una imagen directa de un océano cualquiera, que una lanzada a través de infrarrojos de onda corta mostrando también la luz reflejada en colores no perceptibles al ojo humano.
Otro ejemplo se da en enclaves del Ártico, donde el descongelamiento del permafrost y el flujo de agua rica en carbono está causando que parte del océano emita más CO2 del que absorbe. Incluso el color puede variar simplemente por la profundidad, lo que a su vez hace que la luz incida de forma completamente diferente en el fondo del mar. Es más, hay casos donde la tonalidad azul se pierde por procesos como la eutrofización (proliferación de algas y agotamiento del oxígeno en el bien preciado).
PACE, midiendo la salud del planeta. El pasado ocho de febrero, la NASA lanzó el satélite PACE ("Plankton, Aerosol, Cloud, Ocean Ecosystem") como parte de una misión que tiene como prioridad proporcionar todo tipo de mediciones clave referentes al clima, calidad del aire o la forma en que la luz se refleja en las aguas que surcan los océanos.
Por tanto, el satélite es un primer e importante paso de la ciencia por obtener sistemas más rápidos de recopilación de datos, proporcionando una evaluación global de la composición de diversas partículas de aerosoles en la atmósfera (lo que a su vez eliminará o no la importancia de estos actores en, por ejemplo, la subida de temperaturas). Así, con estas primeras imágenes obtenemos la verdadera apariencia visual de los océanos desde la órbita terrestre.
El océano y el cambio climático. Como vemos en las imágenes, con los datos del satélite podremos estudiar la vida microscópica en el océano y las partículas en el aire, avanzando así en la comprensión de cuestiones como la salud de las pesquerías, la proliferación de algas nocivas, la contaminación del aire o el humo de los incendios forestales. Además, también se puede investigar cómo el océano y la atmósfera interactúan entre sí y se ven afectados por el cambio climático.
Observando el océano como nunca antes. A través del Ocean Color Instrument del satélite, los investigadores pueden observar el océano, la tierra y la atmósfera a través de un espectro de luz ultravioleta, visible e infrarroja cercana. Mientras que los satélites de color anteriores sólo podían detectar un puñado de longitudes de onda en los océanos, PACE detecta más de 200 longitudes de onda.
De hecho, con este extenso rango espectral, pueden identificar comunidades específicas de fitoplancton, una misión clave del satélite, ya que diferentes especies desempeñan una gran variedad de funciones en el ecosistema y el ciclo del carbono (y en algunos casos, incluso son perjudiciales para la salud humana).
Imagen | NASA PACE
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