Blue Origin se encuentra en racha: el cohete Vulcan llega a órbita y aparece el primer New Glenn
Jeff Bezos celebra su 60 cumpleaños con la empresa en su mejor momento después de tocar fondo
Jeff Bezos cumple hoy 60 años, pero lleva de celebración en celebración desde el lunes. Su empresa espacial, Blue Origin, ha pasado de soportar las burlas del sector a ser la empresa del momento. Primero, por el lanzamiento perfecto del cohete Vulcan. Ahora, por las primeras fotos del que será uno de los cohetes más altos y potentes del mundo.
Aparece el primer cohete orbital de Blue Origin
Blue Origin publicó ayer las primeras imágenes de un cohete New Glenn ya ensamblado. Es la primera vez que vemos el lanzador, anunciado en 2016, casi al completo.
La primera unidad se llama Freedom (más sobre el nombre en un momento). El propulsor o primera etapa ya salió de fábrica llegó a Cabo Cañaveral por carretera. Mide unos 45 metros de alto por 7 de diámetro, así que llamó la atención de muchos curiosos. Ahora está en el hangar de Blue Origin del Complejo de Lanzamiento LC-36 del Centro Espacial Kennedy.
El CEO de Blue Origin, David Limp, compartió también en LinkedIn la primera imagen de la segunda etapa del New Glenn con los motores BE-3U ya integrados.
Por último, una cofia (la parte que va en la punta del cohete y protege los satélites) también ha sido trasladada a LC-36, lo que sugiere que Blue Origin podría montar pronto el cohete, lo que se conoce como una integración vertical.
Que estemos a punto de ver por primera vez un New Glenn, en este caso llamado Freedom, es un hito en sí. El cohete se puede configurar con dos o tres etapas hasta alcanzar una altura de 98 metros (veintitantos menos que Starship, pero aun así uno de los cohetes más altos y poderosos del mundo).
Además, su primera etapa se ha diseñado para aterrizar sobre sus patas, como el Falcon 9 o el pequeño New Shepard, el único cohete de Blue Origin que ha volado hasta ahora, y que no es capaz de realizar lanzamientos a órbita.
Pero esto también es un hito por razones emocionales. Para Jeff Bezos y todos los ingenieros de Blue Origin.
Después tocar fondo, Blue Origin está en racha
Jeff Bezos fundó Blue Origin en el año 2000. Por ponerlo en contexto, SpaceX se fundó en 2002. La industria aeroespacial suele ser lenta, pero Blue Origin era hasta hace poco blanco de las burlas por no haber puesto un cohete en órbita en más de 20 años.
Siendo justos, Blue Origin no empezó a trabajar en un cohete orbital hasta 2012. Primero desarrolló el cohete suborbital New Shepard, con el que Jeff Bezos acabaría yendo al espacio. Después anunció su cohete orbital: el New Glenn.
Los nombres tenían su gracia: Alan Shepard fue el primer estadounidense en el espacio. Realizó un vuelo suborbital a bordo de la nave Freedom 7 en 1961. John Glenn fue el primero en orbitar la Tierra con nave Friendship 7 en 1962. Si el primer New Glenn se llama Freedom, podemos deducir que el primero que se lance a órbita se llamará Friendship.
Justo antes de anunciar el New Glenn, Blue Origin cerró un acuerdo con United Launch Alliance (ULA) para ser su proveedor de motores. Cada cohete Vulcan de ULA usaría dos poderosos motores BE-4 de metano fabricados por Blue Origin.
El Vulcan voló por primera vez el lunes pasado. Se suponía que iba a debutar en 2018, pero su desarrollo se retrasó durante año, entre otras cosas porque Blue Origin no tenía listos los motores.
"Os puedo mandar unos motores de recambio, por si acaso" escribió Elon Musk en un tuit dirigido al CEO de ULA en 2021. No era la primera vez que Musk alimentaba el mito del letargo de Blue Origin, pero la empresa no estaba dormida.
Podríamos decir que Blue Origin tocó fondo cuando la NASA eligió la Starship de SpaceX como módulo lunar. Jeff Bezos llegó a ofrecer 2.000 millones de dólares de su bolsillo para que la NASA eligiera también a Blue Origin.
Otro momento bajo fue cuando los accionistas de Amazon denunciaron a Amazon por no lanzar su constelación de satélites Kuiper con SpaceX. Amazon había contratado los cohetes Vulcan, New Glenn y Ariane 6, que no estaban disponibles. Después reculó y contrató también el Falcon 9.
Pero desde el año pasado, la racha de Blue Origin ha sido espectacular. Primero, la NASA eligió su módulo lunar Blue Moon para la misión Artemis V, que está programada para 2029. La misión requerirá varios lanzamientos de New Glenn, además de un módulo de prueba y otro certificado para la misión. Y la NASA acaba de anunciar que además ha pedido a Blue Origin una versión de carga.
También en 2023, Blue Origin cambió de CEO. El nuevo líder de la empresa, David Limp, viene de dirigir la división de dispositivos y servicios de Amazon. Es un hombre de confianza de Bezos y llegó en un momento convulso.
A mediados de años, Blue Origin había decidido romper su cuerdo con Sierra Space para desarrollar una estación espacial privada llamada Orbital Reef. Los ingenieros fueron reasignados a tareas más prioritarias dentro de la empresa.
El propio Bezos parece estar más involucrado en el día a día de Blue Origin desde su mudanza a Miami a finales de año.
Por último, el New Shepard volvió a volar en 2023 después de un fallo que causó la pérdida de un propulsor (era un vuelo no tripulado, pero el sistema de escape de la cápsula funcionó a la perfección).
En cuanto a 2024, no ha podido empezar mejor para Blue Origin. El Vulcan ha volado con éxito. Más que con éxito, con precisión quirúrgica. Los motores de metano funcionaron como estaba previsto y, aunque la nave que lanzó a la Luna falló, la empresa que opera la nave exoneró de toda culpa a ULA y Blue Origin.
Ver un New Glenn de verdad y saber que pronto se pondrá en vertical es la guinda del pastel para la semana de cumpleaños de Jeff Bezos, que por fin tiene mucho que celebrar en lo que respecta a su querida empresa espacial.
Imagen | Blue Origin, Adobe Firefly
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