Nadie da(ba) un dólar por Artemis. Cuando a mediados de mayo la NASA anunció que iba a volver a la Luna en 2024 con una misión tripulada, el mundillo se emocionó, claro. Luego, ya en frío, echamos cuentas: estaba complicado. Poner a un ser humano (una mujer, en este caso) allí arriba en cinco años no era nada sencillo.
Sobre todo, si la agencia norteamericana trabajaba a su ritmo habitual. Sin embargo, no es el caso. La NASA va a por todas y en un tiempo récord ha anunciado que busca proyectos para el elemento clave del programa: el aterrizaje.
La pieza más sensible del programa y con el tiempo justo
Hace dos meses, ya se publicaron dos borradores que especificaban qué quería la NASA de las propuestas de módulo de aterrizaje. Básicamente, su plan incluye un sistema de aterrizaje y despegue con tres elementos: un módulo para aterrizar, un módulo para despegar de la superficie y una especie de remolcador que pueda mover los módulos entre la estación y el suelo lunar.
Y es que, efectivamente, la idea clave de Artemisa es crear una estación espacial alrededor del satélite (Gateway) que permita manejar y reutilizar los módulos de forma constante. Digo que es clave porque si Gateway tiene éxito se creará lo que pedíamos hace unas semanas: una plataforma estable para convertir el viaje a la Luna en algo habitual.
Hasta el 1 de noviembre, la Agencia aceptará propuestas que no sólo tendrán que explicar cómo funcionarán, sino también cómo se transportarán a Gateway para ser operados hasta allí. Es cierto que en los últimos meses hemos visto algunos módulos (como el de Lockheed Martin o el de Blue Origin), pero se espera que en estas semanas aparezcan nuevas propuestas.
No hace falta decir que los módulos de aterrizaje son seguramente el componente más sensible del programa. De los 1600 millones que anunció la Administración Trump, 1.000 tienen previsto dedicarse a este desarrollo que va con el tiempo más que justo para llegar a tiempo en 2014.
Imagen | NASA
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