Trabajar para la NASA no es fácil: la demanda de trabajo es alta y las exigencias que los puestos en la agencia pueden llegar a requerir formación avanzada. No en vano la expresión “ciencia de los cohetes” es en inglés sinónimo de lo difícil y complejo.
Pero esto es solo parte de la historia. No hace falta un máster en astrofísica para colaborar con la agencia espacial estadounidense. Ni siquiera nos hace falta un contrato de trabajo o vivir en los Estados Unidos o tener un equipo informático de grandes prestaciones.
Porque cuatro ojos ven más que dos, y un millón de ojos pueden ver cosas que los mejores telescopios no son capaces de captar. La NASA también busca la colaboración de todo el mundo.
Es lo que se denomina “ciencia ciudadana”.
La idea detrás de la ciencia ciudadana es sencilla. Se trata de la colaboración entre investigadores expertos y personas externas a la academia con el fin de realizar experimentos, recoger datos y con ello avanzar en el conocimiento científico.
A día de hoy, la agencia espacial cuenta con 29 proyectos de este tipo que van desde la búsqueda del hipotético “Planeta 9” hasta indagar en la atmósfera de nuestro propio planeta, pasando por la búsqueda de exoplanetas y pistas sobre la energía oscura. Y, por supuesto, seguir la pista de la vida fuera de nuestro planeta.
La mayoría de los proyectos están abiertos a cualquier persona con un smartphone u ordenador, mientras que otros tienen algún requerimiento específico. Por ejemplo, el proyecto HamSCI está orientado a operadores de radio amateurs.
Estos requerimientos pueden variar. Otro ejemplo es el proyecto Fresh Eyes on Ice está destinado a personas residentes en el estado de Alaska, mientras que el proyecto Mountain Rain or Snow está pensado para personas que viven cerca de zonas montañosas. Growing Beyond Earth, sin embargo, está destinado a profesores de instituto en los EE UU. En otros casos el requiermiento es más sencillo, como tener una cámara o telescopios con determinadas funcionalidades.
Para adentrarnos un poco más en estos proyectos podemos tomar el ejemplo de los proyectos de ciencia ciudadana promovidos por la NASA durante el último eclipse solar, el pasado 8 de abril. Este día, la agencia montó su propia “fiesta de la escucha” a la que invitó a radioaficionados de todo el mundo, con el objetivo de indagar cómo el eclipse afectaba a las transmisiones de radio para, a través de ellas, saber más sobre la ionosfera de la Tierra.
Más ejemplos
Backyard Worlds: Cool Neighbors y Backyard Worlds: Planet 9 son dos de los proyectos de ciencia ciudadana de la NASA. El primero de ellos está centrado en la búsqueda de enanas marrones en nuestro entorno. Estas son enormes masas de gas, de masa superior a la de planetas como Júpiter pero incapaces de sostener la fusión nuclear tal y como se da en las estrellas propiamente dichas.
El segundo de los proyectos invita a la ciudadanía a embarcarse en la búsqueda del planeta (hipotético) más enigmático, el planeta 9. Este es un teórico planeta trans-neptuniano de gran masa cuyas interacciones gravitatorias explicarían algunas irregularidades orbitales en los arrabales de nuestro sistema solar.
JunoCam quizás sea el más llamativo estéticamente hablando. Las imágenes captadas por la sonda Juno del gigante gaseoso Júpiter suelen estar entre las más espectaculares de nuestro sistema solar. La idea es invitar a la comunidad de astrónomos aficionados de enviar datos e imágenes de Júpiter con un objetivo: decirle a la cámara a bordo de la sonda Juno dónde apuntar en la inmensidad del mayor planeta del sistema solar.
El concepto de ciencia ciudadana no es nuevo. En este último campo podemos encontrar uno de los ejemplos clásicos de ciencia ciudadana en el SETI (search for extra terrestrial intelligence) con su SETI@home. Esta parte de la iniciativa se basaba en distribuir las necesidades de computación del proyecto permitiendo que usuarios de todo el mundo “prestaran” parte de las capacidades de sus ordenadores domésticos al proyecto.
¿Y qué hay de la Agencia Espacial Europea? La ESA también tiene su propio catálogo de iniciativas de ciencia ciudadana. Aunque es más limitado: en su página pueden hallarse cuatro proyectos “activos”: CSEOL (Citizen Science Earth Observation Lab); CAMALIOT, que funciona a través de una aplicación; AstroPlant, enfocado en la botánica espacial; y Visual Monitoring Camera, un proyecto de exploración marciana.
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