Un proyecto de la NASA ha conseguido un nuevo hito recientemente, según ha anunciado la agencia espacial. Un grupo de científicos han logrado recrear en un laboratorio la atmósfera supercaliente propia de unos exoplanetas muy específicos. Para ello han construido un horno que consigue temperaturas de más de 1.000ºC. Todo por la ciencia.
En un laboratorio de Pasadena, California, un grupo de investigadores buscaron cómo simular las condiciones ambientales extremas que uno se puede encontrar en un 'júpiter caliente'. Lo consiguieron, y después de una semana de continuo experimento obtuvieron resultados.
Las condiciones de un gigante gaseoso orbitando cerca de una estrella
Para entender el extremo al que ha llegado esta “atmósfera” simulada hay que entender las condiciones que se querían recrear, las de los 'júpiter calientes'. Estos exoplanetas se llaman así porque cumplen dos condiciones que su propio nombre indican. Por un lado son gigantes gaseosos como Júpiter, por otro lado son planetas que orbitan cerca de su estrella y por lo tanto tienen temperaturas extremadamente altas.
Según podemos ver en un artículo publicado por la NASA el pasado mes de agosto, estos exoplanetas son tan calientes que en su lado diurno (orbitan con un sólo lado hacia la estrella siempre, como la Luna a la Tierra) el agua llega a desintegrarse. A desintegrarse del todo, no a pasar de líquido a gas. El lado nocturno suele recombinarse y volver a formarse molecularmente en agua.
¿Se les puede considerar planetas? Algunos científicos consideran que son más bien un híbrido entre planeta y estrella. Por una parte son demasiado calientes para ser planetas, pero por otra parte son demasiado fríos para ser estrellas. Los 'júpiter calientes' se suelen encontrar a unos 10 millones de kilómetros de sus estrellas para conseguir dichas temperaturas, no tardan más de 10 días en dar una vuelta completa. Para ponerlo en contexto, nosotros nos encontramos a unos 150 millones de kilómetros y como ya sabemos, se tarda 365 días en dar una vuelta completa.
Como curiosidad, el exoplaneta más caliente jamás descubierto es un 'júpter caliente'. Se trata del Kelt-9b y no sólo es el doble que Júpiter de grande, sino que su temperatura alcanza los 4.300ºC.
Hidrógeno, monóxido de carbono, luz UV y un horno resistente
Los investigadores no han conseguido los 4.300ºC que encontramos en Kelt-9b, aunque sí que han alcanzado temperaturas propias de este tipo de exoplanetas. Según indican, en realidad ha sido bastante fácil combinando los elementos correctos: hidrógeno, monóxido de carbono y luz ultravioleta.
Escogieron estos elementos porque se supone que son los que se encuentran en este tipo de exoplanetas. El hidrógeno en forma de gas con un 0,3% de monóxido de carbono son composiciones abundantes en el universo y supuestamente también en los 'júpiter calientes'. Metieron esta mezcla en un horno especial capaz de resistir temperaturas extremas y bien blindado para evitar fugas.
El toque final fue emitir radiación ultravioleta de forma continua y prolongada sobre la mezcla. Una vez más, tratando de imitar lo que le ocurre a los 'júpiter calientes', que reciben radiación de sus estrellas. Para hacerlo el equipo utilizó una lámpara de descarga de gas de hidrógeno, que generaba luz ultravioleta y la enviaba al contenedor de gas a través de una ventana.
¿Y para qué todo esto? Además de lo divertido que puede resultar, lo interesante es poder experimentar qué ocurre en este tipo de planetas. En Live Science nos lo explican, después de más de una semana de exposición a la radiación la mezcla del horno comenzó a desarrollar una cubierta de aerosoles. Estas partículas sólidas suspendidas en el gas puede ayudar a los investigadores a interpretar cómo son las atmósferas en este tipo de planetas.
Vía | NASA
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