Corría el año 1998 cuando el Congreso de los Estados Unidos pidió a la NASA que encontrase al menos el 90% de los asteroides cercanos a La Tierra de 142 metros de diámetro para 2020. No es una cifra baladí, sino que es suficiente para que un asteroide de este tamaño pueda causar estragos en una ciudad tras impactar. Sin embargo, estamos cerca de la fecha límite y el progreso está lejos de ser el establecido.
Por el momento se han encontrado un 25% de los asteroides peligrosos cercanos a nuestro planeta (si bien ninguno supone una amenaza inmediata), así que la NASA se ha puesto manos a la obra con una nueva misión: Near-Earth Object Surveillance. Para ello, la NASA se valdrá de un nuevo telescopio de 50 centímetros equipado con un detector de infrarrojos que se pondrá en órbita basado en NEOCam.
El telescopio, al espacio
Comentan desde la NASA que este observatorio de infrarrojos situado en el espacio podría lanzarse en casi cualquier momento del año (cuando esté listo, claro), que operará en la órbita Sol-Tierra L1 y que su misión tendrá una vida útil de 12 años. Este telescopio se podría acoplar en los Falcon 9 de SpaceX o en el Atlas 401, por lo que su peso no debería superar los 2.500 kilos.
El observatorio tiene un telescopio de 50 centímetros capaz de detectar ondas infrarrojos de entre 4 y 10 micrometros. Cuenta con un sistema de refrigeración pasivo y el instrumento para detectar objetos en movimiento es tan sencillo que no tiene partes móviles, salvo la escotila de apertura. El peso de este instrumento es de menos de 400 kilos y su consumo no pasa de 60 vatios.
Este proyecto se suma a los actuales sistemas de defensa planetaria, de forma que tenemos el NEOWISE, DART y NEO Surveillance Mission. Sin embargo, se espera que NEOWISE alcance el máximo de su temperatura soportable para verano de 2020 y acabe su misión, motivo por el que lleva en hibernación desde 2013. La NASA confía en que NEO Surveillance ayude a analizar las probabilidades de que un asteroide peligroso (142 metros de diámetro) impacte contra el plantea en los próximos 100 años.
En palabras de Bill Nye, CEO de The Planetary Society, "esta puede ser la inversión más importante que haya realizado la NASA. La detección temprana y la desviación de un asteroide en curso de colisión con la Tierra podrían salvar innumerables vidas. Un telescopio espacial de caza de asteroides equipará mejor al mundo para estar preparado para posibles amenazas". Y es que no es una inversión "pequeña", sino que construir el telescopio costará 600 millones de dólares, vehículo de lanzamiento incluido.
El proyecto queda ahora en manos del Congreso, que debe aprobar los fondos para llevar a cabo la misión. La primera base se completó en marzo de este mismo año y la segunda fase se dilatará hasta no antes de 2025, por lo que todavía queda para ver este observatorio en funcionamiento.
Vía | Science Mag
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