Project Loon es el proyecto de Alphabet/Google para ofrecer una alternativa para la conexión a Internet en zonas remotas. Se trata de una red de globos que se despliegan en la estratosfera, a más de 19.000 metros de altura, y que lleva tiempo entre nosotros. El proyecto ha sido probado en diferentes zonas como Perú y los alrededores del Amazonas, pero ahora Google quiere ir un pasito más allá adaptando esta tecnología a un dron.
Así lo ha hecho saber Loon a través de su blog oficial, donde explican que el dron es fruto de la colaboración entre Loon (Alphabet/Google) y HAPSMobile (Softbank). El UAS (sistema de vuelo no tripulado) ha sido bautizado como HAWK30 y, como los globos, está pensado para volar por la estratosfera, donde puede alcanzar velocidades superiores a los 100 km/h y llevar internet de hasta 1 Gbps a una distancia de hasta 700 kilómetros.
Siguiendo los pasos de los globos
Las dos compañías empezaron anunciaron la colaboración en abril de 2019 (con una inversión por parte de Softbank de 125 millones de dólares) y, afirman en el comunicado, "surgió del reconocimiento conjunto del potencial sin explotar de la estratosfera para mejorar el ecosistema de conectividad y poner en línea a más personas, lugares y cosas". Grosso modo, el trabajo ha consistido en adaptar la tecnología de carga útil de los globos estratosféricos de Loon en el HAWK30, que no es precisamente algo fácil.
El motivo, explican desde Loon, es que en la estratosfera el viento puede alcanzar una velocidad de hasta 100 km/h y la temperatura, bajar hasta los -90ºC. En pruebas recientes, Loon ha conseguido establecer y mantener conexión entre dos decenas de globos a una distancia de más de 4.000 kilómetros. Hasta la fecha, estos globos han volado más de 40 millones de kilómetros cuadrados y, de acuerdo a Loon, conectado a 300.000 personas.
En el HAWK30 se ha incorporado un sistema de comunicaciones que permiten al dron funcionar como una torre celular estratosférica. Dicho sistema de comunicación usa ondas milimétricas para los enlaces de que conectan al vehículo con un punto de acceso que se encuentran en tierra, y permite que varios drones se conecten entre sí mientras vuela.
Explican que las antenas son de alta precisión y permiten establecer conexiones de punto a punto (P2P) "a distancias de hasta 700 kilómetros y de transportar datos a velocidades de hasta 1 Gbps". Para mantener la antena estable, la antena incorporada en el dron rota a medida que los drones se mueven. Por otro lado, y dado que el HAWK30 puede volar a más de 100 km/h, el equipo ha tenido que adaptar el sistema de comunicaciones para que funcione a velocidades altas. Eso ha redundado en modificar el software para que la antena gire más rápidamente y rastree los movimientos más rápido. La antena, por cierto, está protegida por una cubierta aerodinámica.
En cuanto a la oferta de conexión, el HAWK30 monta un sistema LTE diseñado a medida "que opera en varias bandas de frecuencia que cumplen con el 3GPP", lo que se traduce en que la conexión debería ser accesible con cualquier smartphone. "En combinación con el sistema de comunicación de onda milimétrica, la carga útil de Loon es capaz de servir de Internet aun gran número de usuarios de smartphones a una larga distancia de la infraestructura terrestre existente", concluyen.
Ninguna de las dos empresas ha desvelado cuándo volará este dron, si es que llega a hacerlo en un futuro cercano. Alastair Westgard y Junichi Miyaka, CEO de Loon y CTO de Softbank, respectivamente, coinciden en que se trata de un "importante paso adelante" y en que la estratosfera tiene potencial para expandir la conectividad.
Vía | Loon
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