Los recursos naturales en la Tierra son finitos, por lo tanto desde hace mucho tiempo se ha teorizado con la idea de aprovechar los astros de nuestro alrededor para obtener materias primas. Se ha teorizado y no hecho realidad por la dificultad que supone y el consumo de energía necesaria para ello. Ahora bien, estamos un poco más cerca, una empresa con sede en Pekín se prepara para lanzar su primer robot de minería espacial en dos meses.
El minado espacial a priori son todo ventajas, la Luna y muchos asteroides del Sistema Solar son ricos en materiales que en la Tierra son escasos. Además hay de sobra para y en ingentes cantidades. ¿El problema? Además de la dificultad de conseguir minar en el espacio, el coste que supone en ingeniería, energía y recursos destinados a ello. Al final, no llega a ser tan rentable, al menos con la tecnología actual de la que disponemos. Tampoco queda del todo claro quién y cómo se debe hacer. Origin Space está dando los primeros pasos para cambiar eso.
Pruebas orbitales primero, la Luna después
Origin Space ha anunciado que se preparan para lanzar su primer robot de minado espacial en noviembre de este año. Dentro de unas semanas planean colocar en el espacio su satélite NEO-1, con el uso de uno de los cohetes Long March de la agencia espacial china. NEO-1 es un pequeño satélite de apenas 30 kilogramos, su objetivo no es tanto empezar a minar como probar sus funciones de autonomía y control a gravedad cero o menos gravedad que en la Tierra.
Si este 2020 es el año de NEO-1, para 2021 la empresa tiene planeado lanzar un segundo satélite llamado Yuanwang-1. Este segundo satélite no probará las herramientas de minado, sino que contará con un telescopio óptico que ayudara a encontrar y monitorizar los posibles asteroides cercanos a la Tierra que puedan ser minados. Para ello Origin Space se ha aliado con CASC, el contratista espacial estatal de China.
La compañía incluso tiene planes más allá del segundo satélite, para finales de 2021 o principios de 2022 esperan poder lanzar al espacio a NEO-2 también. Este nuevo satélite ya no se limitará a la órbita de la Tierra, sino que se dirigirá a la Luna. La ida es aterrizar ahí, aunque para llegar ahí va a sufrir lo suyo, ya que tendrá una propulsión limitada y dependerá en gran parte de las órbitas de la Tierra y la Luna. Un camino largo y sin tener claro cómo va a acabar de momento.
Ahora mismo la idea no es extraer y transportar a la Tierra materias primas, más que nada porque no hay tecnología suficiente que lo haga rentable. En cambio sí que se buscan dar los primeros pasos que permitan traer cantidades muy pequeñas, destinadas a la investigación científica y no a la industrialización. De hecho, la NASA ha pedido a empresas privadas que consigan materiales de la Luna, se ofrece a comprarlos.
Desde 2014 el gobierno de China abrió la puerta para que empresas del sector privado se sumasen a la exploración espacial. Origin Space es una de ellas, que en el negocio del minado de asteroides ha visto una oportunidad de oro (incluso literalmente). El minado espacial se estima que es un negocio extremadamente de valor, ahora bien, primero hay que conseguir que sea rentable llevarlo a cabo. Con lo que nos ha costad simplemente aterrizar en un asteroide.
Vía | IEEE
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 15 Comentarios