Tras unos problemas técnicos, la nave Orión por fin ha empezado su misión. El lanzamiento se retrasó en varias ocasiones por diferentes circunstancias pero hoy, a primera hora de la mañana en España, los cohetes han iniciado el vuelo de una cápsula que en su diseño le debe mucho a las Apolo que se fabricaron en los 60 para llevar al nombre a la Luna.
Este vuelo no tripulado tiene como objetivo investigar cómo podríamos llegar a Marte. Su viaje nos permitirá comprobar muchas cosas como la forma de viajar y la forma de solventar diferentes obstáculos y desafíos como la radiación en el espacio o la forma de aterrizar la cápsula en su regreso a la tierra.
Un viaje lleno de desafíos
El vehículo lanzado por la NASA ha sido construído por Lockheed Martin aunque la agencia espacial de los Estados Unidos ha seguido de cerca todo el proceso de diseño y producción. Se compone de tres piezas: un sistema de interrupción de lanzamiento en la parte superior, el módulo de la tripulación en la parte intermedia con una capacidad de cuatro personas y debajo un módulo de servicio.
Uno de los principales problemas de este viaje lo encontramos en la radiación a la que se someterá Orión. La nave va a atravesar regiones del cinturón de Van Allen donde se registran niveles quince veces mayores que a los que se expone, por ejemplo, la ISS (situada a 420 kilómetros de altura).
Orión dará un par de vueltas a la Tierra hasta distanciarse 5.800 kilómetros. Un vuelo que durará 4 horas y 24 minutos aproximadamente. Cuando entre de vuelta a nuestro planeta lo hará a una temperatura de 2.200ºC y una velocidad de 32.000 kilómetros por hora. En este momento será clave que los escudos de la nave hagan bien su trabajo y puedan aguantar esta situación tan extrema.
Si todo va bien, la nave aterrizará a unos 1.000 kilómetros al oeste de baja California (océano Pacífico) y allí será recogida por las fuerzas navales de Estados Unidos. Cuando la cápsula esté cayendo, se probará un nuevo sistema de seguridad en el que los pilotos saldrían disparados del vehículo con un paracaídas y evitar, en caso de accidente, la muerte.
Según las estimaciones de la NASA, si los resultados de Orión son positivos podríamos llegar a Marte en algo más de quince años. Mientras, en la agencia espacial lamentan el tamaño del presupuesto del que disponen a día de hoy y los retrasos que suponen en los planes que tienen con esta y otras misiones.
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