Nueve años de viaje por el Sistema Solar culminan hoy para la sonda New Horizons, que realizará un sobrevuelo cercano de Plutón que ninguna nave fabricada por el hombre había efectuado hasta ahora. El considerado hasta hace unos años último planeta del sistema es todavía un misterio para los astrónomos, pues las más de 29 unidades astronómicas que lo separan del Sol en su afelio dificultan enormemente su observación y estudio. El telescopio espacial Hubble ha ofrecido algunas imágenes de Plutón que han permitido hacerse una idea aproximada de cómo es su superficie, pero nada comparado con lo que New Horizons puede conseguir.
La sonda se acercará a menos de diez 13.000 kilómetros del planeta enano, y empleará esa oportunidad no sólo en desvelar uno de los enigmas mejor guardados del Sistema Solar, sino en estudiar su sistema de satélites. Culminará así casi diez años de viaje en los que New Horizons aprovechó también para tomar algunas fotografías de Júpiter, y si todo sale bien, podría ser también el principio de una nueva misión extendida que la lleve todavía más allá, a una región del Sistema Solar aún más desconocida; el cinturón de Kuiper.
¿Por qué Plutón?
New Horizons culmina también varias décadas de propuestas de misiones para estudiar no sólo Plutón, sino toda esa zona exterior del sistema Solar. Ya a principios de los 90, Alan Stern, líder del equipo responsable de la sonda, propuso a la NASA una misión de este tipo, pero en la agencia no había demasiado interés por apoyarla y, además, el presupuesto era demasiado caro para una época en la que los fondos del gobierno cada vez eran más escasos. Stern recordó en una conferencia en 2007 de dónde había salido la idea que acabaría dando origen a New Horizons y, como ocurre con muchos proyectos espaciales actuales, la culpa la tuvieron las sondas Voyager:
"Recuerdo ir al JPl, el Laboratorio de Propulsión de Chorros, en el verano de 1989 cuando estaba haciendo el doctorado para seguir un curso de verano en exploración planetaria en el Caltech, y era el verano del sobrevuelo de Voyager de Neptuno y Tritón (que ha terminado siendo casi un gemelo de Plutón). ¡Fue increíble poder formar parte de una exploración pionera como aquella! En cuestión de meses, un pequeño grupo de nosotros había formado un equipo, un grupo de apoyo; ¿por qué no preparamos juntos una misión a Plutón?"
Plutón, descubierto por Clyde Tombaugh en 1930, se encuentra, en el punto más alejado del Sol de su órbita, a más de siete millones de kilómetros de distancia de la estrella (o unas 48,8 unidades astronómicas). Es el cuerpo más conocido de la tercera región del sistema, la exterior, habitada por objetos helados y de pequeñas dimensiones, y bastante diferentes de los que pueblan las otras dos zonas; los planetas rocosos del sistema solar interior, y los gigantes gaseosos de la parte intermedia.
Los científicos los consideran, de hecho, reliquias de los primeros momentos de vida del Sistema Solar, embriones planetarios que nunca terminaron de crecer. Plutón ni siquiera es el planeta enano más masivo de la región; esa distinción se la lleva Éride, descubierto en 2005, con una masa un 27% superior a la de Plutón (pero aún por debajo de la de la Tierra), y fue el objeto que motivó que la Unión Astronómica Internacional retirara en 2006 la consideración de planeta a Plutón, y lo "degradara" a planeta enano.
Plutón, además, forma un prácticamente un planeta binario con su luna de mayor tamaño, Caronte, una formación muy inusual en el Sistema Solar y que ninguna sonda ha explorado hasta ahora. New Horizons intentará obtener datos de la relación entre ambos cuerpos, de la influencia que su atracción gravitatoria puede tener en uno y otro, y también estudiará la atmósfera de Plutón, que se cree que puede ser similar a la que tenía la Tierra originalmente, de hidrógeno y helio, y que se evaporó al espacio durante los primeros millones de años de formación del planeta. La formación de Caronte pudo ser también bastante parecida a la de nuestra Luna, por lo que los científicos tienen mucho interés en averiguar más cosas sobre el satélite.
El viaje de New Horizons
Para poder estudiar todas las características que hacen especial esa zona del cinturón de Kuiper, la sonda ha estado viajando prácticamente una década. Lanzada el 19 de enero de 2006, realizó una asistencia gravitatoria en Júpiter en febrero de 2007 y sus objetivos desde que se ha acercado lo suficiente al sistema de Plutón, a principios de este mes, han sido buscar nuevos satélites o trazos de anillos alrededor del planeta enano, realizar mapas de la superficie de Plutón y Caronte y analizar su geología, su geofísica y sus temperaturas, además de buscar una posible atmósfera alrededor de la luna y, como decíamos antes, estudiar en mayor detalle la de Plutón.
Y tiene que conseguir esto en un sobrevuelo del planeta enano, no entrando en órbita de él, como suele ser lo habitual. Pero Plutón es demasiado pequeño, y está demasiado lejos, como para intentarlo, así que New Horizons sólo tendrá 86 segundos para cumplir todas sus tareas. Su periplo, además, se contará esta noche, a las 22:30, en National Geographic, en un programa especial llamado 'Descubriendo Plutón', que contará las peripecias de la misión no sólo para llegar hasta allí, sino para enviar sus datos a la Tierra.
Como explican en esta recopilación de preguntas frecuentes sobre la misión de la Sociedad Planetaria, en el momento de mayor proximidad al planeta enano, New Horizons tendrá pocas oportunidades para ese envío de datos, y las imágenes que se verán casi en tiempo real en el control de misión serán en blanco y negro. Apenas se recibirá un 1% de todos los datos que la sonda obtenga en ese momento. Hasta principios de septiembre no será posible el envío de toda la información y, para entonces, New Horizons puede estar embarcada en otra aventura aún más espectacular.
Hacia el cinturón de Kuiper
Los responsables de la misión pretenden que, una vez que se haya efectuado el sobrevuelo de Plutón, la sonda se encamine más allá y se adentre en el cinturón de Kuiper, la zona exterior del Sistema Solar, poblada por cuerpos helados y de la que en ocasiones recibimos visitantes en las regiones más próximas al Sol en forma de cometas. Ningún artefacto construido por el hombre ha llegado tan lejos; aunque las sondas Voyager y Pioneer 10 y 11 hayan alcanzado la frontera más externa del sistema (o estén probablemente ya fuera de él, como Voyager 1), no han estudiado esas regiones como lo podría hacer New Horizons.
Sin embargo, la NASA aún no ha dedicado una partida presupuestaria a esa extensión de la misión (aunque podría hacerlo en cualquier momento). Sí que hay posibles candidatos a ser visitados por la sonda, elegidos por el telescopio espacial Hubble, pero esa nueva etapa de su aventura no estará exenta, por supuesto, de riesgos. De todos modos, New Horizons está construida con esos riesgo en mente, pues tenía que sobrevivir un viaje de más de nueve años, atravesando el Sistema Solar, para llegar a su destino principal.
Para ello, la sonda está propulsada por un generador termoeléctrico de radioisótopos (similar al de otras naves como Cassini, actualmente en Saturno), que genera energía aunque la luz solar sea demasiado débil como para que se pudieran utilizar paneles solares. Además, todos los sistemas se construyeron redundantemente, para asegurar que un fallo en uno no significara el fracaso de la misión. New Horizons está siguiendo al pie de la letra lo que decían al principio de cada episodio de 'Star Trek', y está yendo con valentía adonde nadie ha ido antes.
Imagen | Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory/Southwest Research Institute
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