De todas las estrellas que vemos en el firmamento, ninguna como Polaris. Se trata de la Estrella Polar, la visible del hemisferio norte más cercana al punto hacia el que se dirige el eje de la Tierra. Es tan clara que incluso ha servido de referencia para los navegantes a través de la historia, y todavía se utiliza para determinar el acimut y la latitud. Y, sin embargo, es ahora cuando hemos detectado una mancha.
La estrella “manchada”. Los investigadores que utilizan el Centro de Astronomía de Alta Resolución Angular (CHARA) de la Universidad Estatal de Georgia han identificado nuevos detalles nunca vistos sobre el tamaño y la apariencia de la Estrella del Norte.
Después de revisar algunas de estas imágenes de Polaris, reunidas con observaciones tomadas entre 2016 y 2021, los investigadores encontraron algunas características previamente desconocidas de la estrella. En particular, hay manchas discernibles en la superficie. En esencia, han dado con manchas insólitas hasta ahora.
Cómo funciona CHARA. No estamos ante un telescopio cualquiera. Esta red de seis telescopios distribuidos en la cima de la montaña en el histórico Observatorio del Monte Wilson funcionan en tándem entre sí. Eso significa que los datos de luz se combinan en una instalación central para proporcionar una imagen completa y clara de una fuente de estudio. De esta forma, los telescopios forman un único dispositivo definitivo con un diámetro de 330 metros. Esto da como resultado una resolución de imagen, específicamente, la resolución angular, excelente.
En el caso que nos ocupa, las observaciones de Polaris se registraron utilizando la cámara MIRC-X, que fue construida por astrónomos de la Universidad de Michigan y la Universidad de Exeter en el Reino Unido. Plus: la cámara MIRC-X, que tiene la capacidad de capturar detalles de las superficies estelares.
La mancha. Lo cierto es que durante décadas los artistas han representado a Polaris brillando en sus pinturas, los astro fotógrafos la han retratado desde sus patios traseros, y los científicos han apuntado sus instrumentos hacia ella durante décadas, pero nunca habíamos llegado a observarla a esta resolución. De ahí la sorpresa de esas manchas discernibles en la superficie de la estrella, algo así como las manchas solares que vemos en el sol de vez en cuando.
Según ha explicado en un comunicado Gail Schaefer, directora del CHARA Array, “las imágenes de CHARA revelaron grandes manchas brillantes y oscuras en la superficie de Polaris que cambiaron con el tiempo".
No es una estrella más. Cuentan los investigadores que una de las principales razones por las que este hallazgo fue una sorpresa tiene que ver con el hecho de que Polaris no es una estrella cualquiera. Es un tipo de estrella conocida como variable cefeida, lo que significa que se ilumina y se atenúa periódicamente.
Es más, Polaris, en particular, se vuelve más brillante y débil según un ciclo de cuatro días, y a los investigadores, por motivos obvios, les encanta localizar cefeidas debido a su comportamiento predecible. Esto se debe a que permite utilizar estas estrellas para mediciones de distancias cósmicas. Básicamente, observar el cambio en el brillo de una cefeida a lo largo de un ciclo puede llegar a revelar su brillo real.
La “primera vez” de una cefeida. El equipo de CHARA explica que estas imágenes de alta resolución de Polaris marcan el primer "vistazo de cómo se ve la superficie de una variable cefeida". Sin embargo, no fue el único resultado del análisis. A diferencia de nuestro Sol, Polaris no vaga por el universo sola. Con un tamaño de unas 46 veces el de nuestra estrella favorita y a más de 400 años luz de la Tierra, forma parte de un sistema estelar triple, y es la más brillante de sus hermanas.
La “otra” estrella. De hecho, el objetivo original de la investigación de CHARA era trazar un mapa de la órbita de la estrella que rodea la Estrella del Norte una vez cada 30 años. Se trata de la que está mucho más cerca que la otra, lo que hace que la tarea sea una hazaña compleja.
Esta estrella no solo flota muy cerca de Polaris, sino que su compañera también es increíblemente débil. De hecho, la pequeña separación y el gran contraste en brillo entre las dos estrellas hace que sea extremadamente difícil resolver el sistema binario durante su aproximación más cercana.
Con todo, el análisis quedará para la posteridad como primeras observaciones de la Estrella del Norte que mostraron que tiene grandes manchas brillantes y oscuras en su superficie. El primer vistazo de cómo luce la superficie de una variable cefeida.
Imagen | Georgia State
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