Su nombre: Haven-1, y es lo más parecido a un Hilton en el espacio
No es ningún secreto hacia dónde están mirando las grandes fortunas del planeta. De un tiempo a esta parte parece que se multiplican los proyectos de eso que se ha pasado a llamar “turismo espacial” y que hasta hace poco solo formaba parte del imaginario y la literatura fantástica. Pero es una realidad, y Polaris Dawn ha sido posiblemente el pistoletazo de salida. ¿Lo próximo? Una pequeña estación espacial para que estos vuelos privados pasen más tiempo fuera.
Haven-1: un hotel de lujo en el espacio. Jed McCaleb, de profesión programador y emprendedor, amasó una fortuna en la industria de las criptomonedas y la tecnología blockchain (tiene un patrimonio de 2.900 millones de dólares). En 2021, McCaleb fundó Vast, una empresa dedicada a desarrollar estaciones espaciales comerciales. Haven-1 es el nombre del primer y esperado desarrollo que, si todo sale bien, será la primera estación espacial comercial en órbita terrestre baja, con un lanzamiento previsto para 2025 a bordo de un cohete SpaceX Falcon 9.
Como vemos en las imágenes y el vídeo, la estación, más cerca de un hotel de lujo en el espacio que de la ISS, recuerda a tantas y tantas películas del género con una idea muy particular del minimalismo (tienen a ex ingenieros de Apple en el proyecto), y particularmente a la mítica '2001' de Kubrick. ¿Madera en el espacio? Por supuesto, y de arce, algo sin precedentes en la exploración espacial. Además, incluye un innovador sistema de sueño inflable diseñado para garantizar comodidad en microgravedad, lo que promete mejorar las estancias prolongadas.
Lujo, ciencia y confort. Por supuesto, un proyecto de semejante envergadura no puedo vivir únicamente del “lujo en el espacio”. Haven-1 no solo es un hotel de gama alta allí arriba. La idea es que también sea una plataforma de investigación científica avanzada. Según Hillary Coe, directora de diseño de Vast, los astronautas podrán realizar experimentos en microgravedad, como el crecimiento acelerado de células humanas, un avance potencial para la medicina.
La estación cuenta con una ventana central panorámica, una que permitirá a los astronautas observar la Tierra, ofreciendo "una experiencia visual inigualable y conectando el lujo con la ciencia". En cuanto al “sistema de sueño”, pendiente de patente, tiene aproximadamente el tamaño de una cama tamaño queen y debería adaptarse tanto a personas que duermen de lado como boca arriba.
Mirando a largo plazo. Según ha explicado el propio McCaleb, en los planes de la compañía hay un objetivo a largo plazo: construir estaciones espaciales mucho más grandes, con gravedad artificial, para facilitar la vida humana en el espacio de los nuevos colonos. A este respecto, Haven-1 sería la primera piedra, el primer paso hacia esa visión por expandir la presencia humana más allá de la Tierra.
¿El precio a pagar? En clave económica, aunque el coste inicial será ciertamente elevado, McCaleb dice que espera que con el paso del tiempo se reduzcan los precios, permitiendo un acceso más amplio a la experiencia espacial. Dicho de otra forma, será prohibitivo para el 99% de los mortales en los primeros años.
Diseño premium. Las imágenes hablan por sí solas de lo que se ha buscado, veremos si se ajustan a la realidad. Diseñada para ofrecer el máximo confort, Haven-1 permitirá, por ejemplo, ajustar la temperatura y la iluminación a sus tripulantes. La idea es que mantengan el ritmo circadiano, algo crucial para la salud de los astronautas. Al parecer, Andrew Feustel, astronauta de la NASA, ha colaborado en el diseño para asegurar que sea funcional y cómodo, permitiendo a los tripulantes vivir y trabajar sin complicaciones durante sus misiones.
La tripulación. Al principio serán únicamente “turistas” que puedan costearse el viaje, o en su caso, astronautas de gobiernos que quieran llevar a cabo experimentos en órbita donde no se necesite la ISS. Los diseños iniciales hablan de una estación con suministros para mantener cuatro tripulantes durante un mes.
¿Y HAL? No podíamos terminar este paseo por la lujosa propuesta sin recordar al personaje principal de la obra maestra de Kubrick. Nos referimos, por supuesto, a HAL 9000, la IA de voz calmada cuyo comportamiento fue derivando a lo largo del filme hasta convertirse en uno de los personajes más emblemáticos del cine de ciencia ficción.
Curiosamente, si a algo se han dedicado esfuerzos (y millones) en los últimos años es a desarrollar versiones de Hall, algoritmos que pondrían los pelos de punta al mismísimo Kubrick. ¿Llevará integrada una IA para “ayudar” a los millonarios en sus quehaceres matutinos a bordo de la Haven-1?
Esperemos que McCaleb sea fan del genial director.
Imagen | VAST
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