Llevamos mucho tiempo contándolo: la basura espacial es un problema que, lejos de aminorar, se está haciendo una bola cada vez más grande. Tanto es así, que ya hay empresas que se dedican literalmente a retirar residuos del espacio. En apenas unos meses han sido varios los enclaves de nuestro planeta donde ha acabado cayendo restos de todo tipo que venían del cielo. Una familia acaba de dar un paso casi lógico: la primera demanda a la NASA por arrojar deshechos en su propiedad.
Un caso insólito. El caso envuelve a una familia de Florida. La demanda, presentada contra la agencia espacial más famosa del planeta, pide una compensación económica por el estrés ocasionado después de que un trozo de basura espacial cayera del cielo y se estrellara contra el techo de su casa. Aunque nadie resultó herido, el abogado de la familia dice que las ramificaciones del caso van mucho más allá de la mera reparación de daños y podrían sentar un precedente sobre cómo se resolverán futuros litigios.
Tal y como queda reflejado en la histórica demanda, la familia solicita una indemnización por los daños materiales, la angustia emocional y mental, y los costes de asistencia de terceros requeridos en el proceso. AFP informa que la familia pide más de 80.000 dólares.
La culpa: una batería de la ISS. El caso se remonta al mes de abril, momento en que un objeto de forma cilíndrica se estrelló contra el techo de una casa familiar en Naples, Florida, creando un agujero en el techo y el piso. El incidente tuvo lugar en el mismo momento del reingreso de una enorme plataforma de baterías viejas de la ISS, una que se desplomó a través de la atmósfera el mismo día sobre el Golfo de México y finalmente se dirigió hacia el suroeste de Florida.
La familia denunció el incidente y la NASA recogió el objeto para estudiar las dimensiones y características, encontrando finalmente que se trataba efectivamente de un fragmento del equipo de apoyo al vuelo utilizado para montar las baterías en el palé de carga.
La pieza más pesada. Tras la investigación de la NASA, se supo que la plataforma de carga contenía nueve baterías y pesaba aproximadamente 2.600 kilos, lo que la convertía en la pieza de basura más pesada arrojada desde la ISS. Una pieza que salió disparada del brazo robótico Canadarm2 en 2021 y comenzó su ruta hacia la Tierra en una reentrada incontrolada (se suponía que el objeto se degradaría sin causar daño al reingresar).
La caótica caída desde la órbita finalmente llegó a su fin cuando el palé de carga volvió a entrar el 8 de marzo en algún lugar sobre el Golfo de México.
Declaración oficial de la familia. A través del abogado que está llevando el caso sabemos más sobre lo que ha pasado tras el incidente. Según un comunicado de Mica Nguyen Worthy, el abogado, “mis clientes buscan una compensación adecuada para tener en cuenta el estrés y el impacto que el evento tuvo en sus vidas. Están agradecidos de que nadie haya sufrido lesiones físicas, pero una situación de 'casi accidente' como ésta podría haber sido catastrófica".
Además, añaden que "si los escombros hubieran caído unos metros en otra dirección, podría haber habido lesiones graves o una muerte”. Por todo ello, el abogado indica que el caso puede sentar un hito y precedente para el futuro, “aquí, el gobierno de Estados Unidos, a través de la NASA, tiene la oportunidad de establecer el estándar o 'sentar un precedente' sobre cómo deberían ser las operaciones espaciales responsables, seguras y sostenibles”.
El problema de la basura en el espacio. Hace un mes, una familia de agricultores canadienses encontró restos de fibra de carbono en su terreno. Resultaron ser parte de una nave. En Carolina del Norte apareció un objeto hace unas semanas en un gampling, y también resultaron restos de una nave de SpaceX. La conclusión es que hemos llenado el espacio de basura, y no se puede controlar dónde acabará. Un problema que irá a más, teniendo en cuenta el aumento significativo en los lanzamientos y operaciones espaciales.
Un estudio publicado en 2022 reflejaba que el problema de la basura espacial es tan grave que existe un diez por ciento de posibilidades de que alguien en la Tierra muera a causa de la caída de escombros en la próxima década. De ser así, lo que pase en el caso de la familia que ha demandado a la NASA podría ayudar a proporcionar un marco legal para hacer frente a tal eventualidad.
Imagen | NASA APPEL, NASA Johnson
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