La próxima misión de la NASA tiene un objetivo claro: "cazar" huracanes desde el espacio con dos satélites

La NASA acaba de comenzar a desplegar su constelación de satélites cazadores “cazahuracanes”, TROPICS (Time-Resolved Observations of Precipitation structure and storm Intensity with a Constellation of Smallsats). Una constelación que partirá con la limitación de haber perdido sus dos primeros satélites en el fallido lanzamiento del año pasado.

Primeros satélites en órbita. Un cohete Electron de la empresa Rocket Lab partió ayer lunes con una carga de dos satélites de la NASA. Dos satélites que, poco más de media hora después del lanzamiento se convertirían en los dos primeros satélites de la misión TROPICS, cuyo objetivo es monitorizar de cerca huracanes y otros ciclones tropicales.

El cohete partió de las instalaciones de la empresa en  Māhia, Nueva Zelanda, a las 03:00, hora peninsular (CEST), las 13:00, hora local.

En el ojo del huracán. Situados ya en una orbita a unos 550 km de altura, estos dos satélites están ya en condiciones de comenzar su misión. Los aparatos compilarán información sobre precipitaciones, temperatura y humedad y serán capaces de ayudar a estimar mejor cuándo estos fenómenos tocarán tierra, una información muy valiosa a la hora de prevenir sus consecuencias.

“Estaremos logrando datos que nunca antes habíamos tenido, la cual es esta habilidad para mirar en las tormentas en la región del espectro [electromagnético] de las microondas, con una cadencia horaria”, señalaba Bill Blackwell, investigador principal de la misión en declaraciones recogidas por el medio Space.com.

Los responsables de la misión explican también que ésta no sólo ayudará a mejorar la previsión meteorológica sino que también podrá servir para afinar aún más los modelos climáticos.

De seis horas a una. Una de las ventajas de este nuevo sistema sobre la que se ha puesto cierto énfasis es el aumento en la frecuencia de monitoreo de los huracanes. Hoy por hoy los satélites de las agencias estadounidenses son capaces de realizar pasadas sobre los huracanes cada seis horas.

El plan original de la NASA era crear una constelación de seis satélites que permitirían cubrir los huracanes con una periodicidad de 50 minutos. Tras la pérdida de los dos primeros cubesats, la constelación de cuatro prevista permitirá aún realizar pasadas cada 75 minutos, lo cual aún resulta en una mejora sustancial.

De dos a ocho semanas. Pese a todo, la NASA ya apuntaba a un éxito parcial asegurado. El experto de la agencia Will McCarty señalaba que “Si sólo logramos uno de los dos [lanzamientos] y aún tenemos dos satélites, seguirá habiendo mucho que aprender a través de [sus] datos”.

Si todo continúa según lo planeado, los dos satélites restantes serán puestos en órbita en dos semanas. La NASA cuenta, eso sí, con una ventana de lanzamiento de unos 60 días. Pasado ese tiempo, los dos pares de satélites no podrían sincronizarse adecuadamente.

El futuro de la colaboración espacial. El éxito de esta misión y el fracaso del primer intento son las dos caras de una misma moneda, la de la creciente cooperación entre las agencias espaciales nacionales y empresas privadas. SpaceX abrió el camino, pero ya no son los únicos en el mercado.

Tanto Astra (quienes realizaron la primera intentona) como Rocket Lab han entrado ya oficialmente a este mercado. El cohete Electron es por ahora la principal baza de la empresa estadounidense en su objetivo de reducir aún más los costes de lanzamiento.

No es la única. Rocket Lab también se encuentra involucrada en el desarrollo de un cohete de tamaño medio, Neutron, capaz de poner ocho toneladas en órbita baja terrestre. Será, según lo previsto, un vehículo de dos etapas y más de 40 metros de altura y su primer vuelo está previsto para el año que viene.

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Imagen | NASA

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