Han pasado 10 años desde que Xi Jingping liberalizó el sector aeroespacial chino, y la industria ha cambiado por completo
En 2014, un año después de que Xi Jinping asumiera el poder, el gobierno de China emitió una directiva llamada "Documento nº 60" que daba vía libre a la inversión privada en la industria espacial. Ha pasado una década de aquel momento decisivo y, aunque sigue a la zaga del sector privado estadounidense, ahora el país es un hervidero de startups que pujan por ser la compañía más valiosa y vanguardista de la industria: la SpaceX china.
La apertura de la industria aeroespacial comercial en el país no solo ha desplomado los costes de fabricación y lanzamiento de satélites, como ocurrió en Estados Unidos. Ha permitido a la empresa estatal China Aerospace Science and Technology Corporation (CASC) centrarse en objetivos cada vez más complejos, como la estación espacial china Tiangong, permanentemente habitada desde 2022, y el programa lunar Chang'e, que este año ha logrado traer a la Tierra las primeras muestras de la cara oculta de la Luna.
En gran medida, China está siguiendo el mismo modelo que la NASA en Estados Unidos. El gobierno ha compartido con el sector privado la tecnología de misiles balísticos y sistemas de propulsión, además de las infraestructuras necesarias para lanzar cohetes. También utiliza los contratos gubernamentales y subsidios para dar ventaja a estas empresas en la carrera global. Pero si algo caracteriza al New Space chino es la cantidad inabarcable de proyectos.
China ha creado cerca de un centenar de empresas de fabricación de satélites y lanzadores desde 2014. Muchas fundadas con capital riesgo, pero también con el apoyo de gobiernos provinciales que buscan atraer el desarrollo de alta tecnología a las comunidades locales. No todas las empresas subvencionadas tendrán éxito, pero la esperanza es que sobrevivan las más competitivas. Por eso mismo, estas compañías suelen tener varias sedes: Pekín, epicentro del poder político; Shenzhen, por su talento de universidades locales y empresas de ingeniería; Chongqing, por su enorme tejido industrial; y otras ciudades-prefectura interesadas en el sector.
Pero si la pregunta es cuál está mejor posicionada para convertirse en la SpaceX china, no hay una respuesta corta. Podrían ser las empresas más maduras del sector: LandSpace, i-Space, Galactic Energy, Space Pioneer y OrienSpace. O las más recientes, que vienen pisando fuerte: Deep Blue Aerospace, OneSpace y la recién emergida CosmoLeap. Sin olvidar a las subsidiaras de compañías estatales: CAS Space, China Rocket y ExSpace. Todas con planes ambiciosos para conquistar la órbita terrestre.
LandSpace
Fundada en 2015 con sede en Beijing, Landspace ha reunido hasta la fecha un capital de 336 millones de dólares de inversores privados como China Growth Capital y Sequoia Capital. Su fundador y CEO es Zhang Changwu.
Reconocida como una de las empresas más pujantes del New Space chino, Landspace tiene más de 800 patentes y está centrada en el desarrollo de cohetes de carga media y pesada. Fue la primera compañía del mundo en lanzar un cohete de metano y oxígeno líquido: el Zhuque-2, con capacidad para colocar hasta cuatro toneladas en la órbita baja terrestre.
Ahora está inmersa en el desarrollo del Zhuque-3, un cohete mucho más grande, capaz de lanzar hasta 21 toneladas y aterrizar en vertical, ya sea en tierra firme o sobre una plataforma flotante en alta mar, como el Falcon 9 de SpaceX. Fabricado en acero, como una pequeña Starship, el primer prototipo reutilizable de LandSpace ha completado pruebas de despegue y aterrizaje vertical (VTVL) de hasta 10 kilómetros de altura.
Será el paso previo a su propia Starship, que acaban de anunciar para 2030. El cohete de dos etapas totalmente reutilizable usará motores de metano muy similares a los Raptor de SpaceX con 200 toneladas de fuerza.
i-Space
Establecida en 2016 bajo el nombre "Beijing Interstellar Glory Space Technology", i-Space es hoy la principal competidora de Landspace en el desarrollo de cohetes reutilizables de metano. Fue cofundada en Pekín por Dongyi Zhang y Guosong Wu, y ha levantado más de 375 millones de dólares de inversores privados como Sichuan Venture Capital y CDH Investments.
En julio de 2019, el cohete de combustible sólido Hyperbola 1 (SQX-1) de i-Space se convirtió en el primer lanzador comercial chino en alcanzar la órbita. El segundo lanzamiento, sin embargo, fracasó, y en los años posteriores, i-Space se ha dedicado a completar pruebas VTVL con sus primeros motores de metano y oxígeno líquido.
La compañía canceló el desarrollo del cohete Hyperbola-2 (SQX-2) y prepara el debut del que iba a ser su sucesor, el Hyperbola-3 (SQX-3), para 2025. Con un diseño muy similar al Falcon 9 de SpaceX, el cohete de 69 metros de altura tiene un propulsor reutilizable capaz de aterrizar en vertical, y puede configurarse con dos aceleradores laterales, como el Falcon Heavy.
Galactic Energy
Creada por Baiqi Liu en 2018, Galactic Energy ha recibido más de 400 millones de dólares de fondos como Dahua Group y Ziyang Heavy Industry Fund. La compañía desarrolla dos tipos de cohetes: los Ceres, diseñados para ofrecer un servicio de lanzamiento rápido e individualizado, y los Pallas, destinados al despliegue de grandes constelaciones de satélites.
La familia Ceres ha lanzado decenas de satélites desde 2020. En septiembre de 2023, el modelo Ceres 1S se convirtió en el primer lanzador comercial chino en despegar desde una barcaza en el mar. El pequeño cohete de cuatro etapas utiliza motores de combustible sólido y no es capaz de aterrizar.
En cambio, los cohetes Pallas 1A y 1B fueron diseñados como versiones reducidas del Falcon 9 y el Falcon Heavy de SpaceX. El primero, pendiente de debutar, está dotado de siete motores de queroseno y oxígeno líquido, y tiene capacidad para ocho toneladas. El segundo, previsto para 2026, añade dos propulsores laterales, con las que multiplica su capacidad a 17,5 toneladas.
Space Pioneer
Con más de 620 millones de dólares recaudados desde su creación, Space Pioneer es una de las empresas mejor financiadas del New Space chino. Fue fundada en 2019 por Kang Yonglai, antiguo CTO de LandSpace. La respaldan, entre otros, el fondo estatal CITIC y la firma de capital riesgo Paradigm.
En abril de 2023, Space Pioneer se convirtió en la primera empresa privada china en alcanzar la órbita con un cohete de combustible líquido: el Tianlong-2. La compañía se centra ahora en el desarrollo del Tianlong-3, un lanzador de mayor capacidad comparable al Falcon 9 de SpaceX. Aunque sigue en pruebas, se podría decir que el Tianlong-3 también ha despegado.
El cohete sufrió un aparatoso accidente durante una prueba de encendido "estática" en las instalaciones de la compañía en Gongyi, una ciudad de 850.000 habitantes al sur de Pekín. El despegue no estaba previsto (ni la ciudad, habilitada para ello), pero el banco de pruebas colapsó con el encendido de los nueve motores de queroseno y oxígeno líquido del cohete, que salió disparado y se estrelló en un monte cercano.
OrienSpace
Dirigida por Yao Song con un capital discreto de 100 millones de dólares, OrienSpace es famosa por lanzar el cohete de combustible sólido más potente del mundo desde un barco.
El barco es una especie de buque petrolero de 162 metros de eslora construido exclusivamente para lanzamientos espaciales. El cohete se llama Gravity-1, y es una pequeña bestia de tres etapas con cuatro propulsores laterales capaces de poner en órbita 6,5 toneladas. Sus despegues reúnen a miles de espectadores en la costa de Haiyang, al este de China.
OrienSpace, fundada en 2020, planea enfocarse en el lanzamiento de constelaciones de satélites. Su próximo cohete, Gravity-2, tendrá una primera etapa de combustible líquido capaz de aterrizar. Configurado con dos aceleradores laterales de combustible sólido, podrá lanzar hasta 26 toneladas.
Deep Blue Aerospace
Fundada en 2016, Deep Blue Aerospace saltó al estrellato el pasado mes de septiembre por la prueba de despegue y aterrizaje de un prototipo VTVL que, curiosamente, salió mal. Lo que sorprendió al mundo entero fueron las impresionantes imágenes del vuelo, grabadas de cerca con un dron FPV.
También conocida como Shenlan Space, Deep Blue Aerospace tiene su sede en Wuxi, provincia de Jiangsu, y un centro de investigación y desarrollo de motores de combustible líquido en Pekín.
El cohete Nebula-1, cuya primera etapa falló en la prueba de despegue y aterrizaje, será el predecesor de un cohete más grande y parecido al Falcon 9 llamado Nebula-2, con capacidad para lanzar 20 toneladas a la órbita baja terrestre. Ambos utilizan motores de queroseno y oxígeno líquido. La empresa también trabaja en una cápsula suborbital similar a la de Blue Origin, la compañía aeroespacial de Jeff Bezos, como negocio de turismo espacial.
OneSpace
One Space Technology Group o OneSpace China fue la primera compañía en lanzar un cohete comercial en 2018, aunque mantiene un perfil más discreto que sus competidoras desde entonces.
OneSpace ha levantado 120 millones de dólares y está centrada en el desarrollo de los microlanzadores OS-M para poner en órbita satélites ligeros, como el equivalente chino de la empresa estadounidense Rocket Lab.
CosmoLeap
Fundada en 2024, CosmoLeap ha recaudado 15 millones de dólares con la promesa de hacer un cohete reutilizable que aterriza en los brazos robóticos de su torre de lanzamiento. La empresa sigue los pasos de SpaceX, que logró capturar con éxito el propulsor de Starship con la gigantesca torre Mechazilla.
Las estatales
CAS Space, China Rocket y ExPace no son empresas privadas como tal, sino subsidiarias de las grandes empresas estatales del sector. Pero funcionan como startups y tienen fines comerciales.
CAS Space fue fundada en 2018 con el respaldo de la Academia China de las Ciencias (CAS). Opera el cohete de combustible sólido Kinetica-1, capaz de colocar hasta dos toneladas en órbita baja, mientras desarrolla lanzadores de combustible líquido. Aspira a colocar 20 toneladas en órbita heliosíncrona con el cohete de carga pesada Kinetica-3, una Starship en miniatura cuya primera y segunda etapa serán reutilizables.
China Rocket es el brazo comercial de CASC. Opera el cohete Smart Dragon-3, que puede despegar desde una plataforma flotante en el mar, como los modelos de Galactic Energy y OrienSpace. El lanzador de combustible sólido, con capacidad de dos toneladas, consta de cuatro etapas y supera los 30 metros de altura.
ExPace es subsidiaria de la Corporación de Ciencia e Industria Aeroespacial de China (CASIC) y se especializa en el desarrollo y lanzamiento de cohetes de combustible sólido para servicios comerciales, como la familia Kuaizhou. También tiene entre manos un modelo VTVL capaz de aterrizar en vertical, pero está en fases más inmaduras que los prototipos de LandSpace o i-Space.
Imagen | LandSpace
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