Desde agujeros negros supermasivos a gases formados por moléculas sencillas y más allá, el universo alberga objetos de todos los tamaños concebibles. También nubes formadas por polvo cósmico, pequeños granos de materia suspendida en el espacio interestelar.
Fuente de polvo. Ahora un grupo de astrónomos acaba de dar una nueva respuesta a la pregunta de de dónde sale tal cantidad de polvo. Y es que han encontrado una nueva fuente de este polvo: las supernovas de tipo Ia.
Tipo Ia. Las supernovas son explosiones estelares que suelen ocurrir al final de la vida de las estrellas. Las supernovas de tipo Ia se originan en sistemas binarios compuestos por una estrella común y una enana blanca. La enana blanca absorbe materia procedente de su estrella compañera hasta que alcanza una masa crítica (aproximadamente 1,4 veces la masa de nuestro Sol) y estalla en una supernova.
Los astrónomos sabían ya que las supernovas eran una fuente de este polvo estelar, pero hasta ahora solo se había observado a las supernovas de tipo II, aquellas que ocurren cuando el núcleo de una estrella colapsa al final de su existencia. El problema es que este tipo de estallidos no ocurren en las galaxias elípticas.
SN 2018evt. El nuevo hallazgo tiene algo de casual. El equipo responsable se encontraba analizando la supernova llamada SN 2018evt, la cual no parecía mostrar ninguna característica reseñable, explica.
Todo cambió cuando nuestra estrella eclipsó este objeto, o, más bien, al final de este eclipse. Para sopresa de los astrónomos, tras reaparecer, SN 2018evt no solo lo se había desvanecido, sino que brillaba de manera más intensa.
El equipo compiló tres años de observaciones de este objeto desde una pluralidad de telescopios. Recurrieron tanto a observatorios espaciales como el Spitzer Space Telescope y la misión NEOWISE; como a instrumentos terrestres, entre ellos la red de telescopios del Observatorio Las Cumbres. Los detalles del proceso pueden encontrarse en un artículo en la revista Nature.
Onda expansiva. Este monitoreo exhaustivo permitió al equipo comprender cómo se forman los granos de polvo en estas explosiones. Tal y como explican, la onda de choque de la supernova se habría ido topando con material expulsado por alguna de las estrellas del sistema binario (o de ambas). Esta onda expansiva habría sido la responsable de la aparición del polvo.
Visto desde los telescopios, este polvo habría opacado la luz de los remanentes de este sistema binario en el espectro óptico. La radiación en el segmento infrarrojo del espectro electromagnético, sin embargo, no se ve afectada por las nubes de polvo y gas en el espacio (el motivo por el que el James Webb puede ver lo que ocultan las nubes de materia del espacio).
Explicando el polvo interestelar. La vinculación entre la aparición de polvo interestelar y las supernovas de tipo Ia puede ayudar por tanto a explicar una parte significativa de este, especialmente en las galaxias elípticas donde no puede explicarse a través de otras supernovas.
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Imagen | NASA's Goddard Space Flight Center Conceptual Image Lab