En el espacio no hay ni hospitales, ni médicos, ni se puede llamar al 061. Esto hace que los astronautas que viajan al espacio (más aún si van a pasar algún tiempo en una/la Estación Espacial) pasen dos semanas de cuarentena para no introducir agentes infecciosos que puedan proliferar (y mutar) en el espacio.
Esto supone una gran limitación: no podremos avanzar más allá, no podremos ir más lejos sin aprender cómo funciona nuestro sistema inmunológico en condiciones de microgravedad. Éste es uno de los grandes temas que no debemos olvidar si queremos darnos un paseo más allá del extrarradio de nuestro querido planeta.
Para tratar de solucionar este problema, la NASA está llevando a cabo un experimento aprovechando una curiosa situación: el astronauta Scott Kelly, que se encuentra desde marzo en la Estación Espacial Internacional, tiene un hermano gemelo, Mark Kelly, también astronauta. Scott y Mark están siendo los sujetos de un experimento con la vacuna de la gripe y sus efectos inmunológicos.
La mecánica es sencilla: a lo largo de tres años, los gemelos se inyectarán a sí mismos la vacuna de la gripe y tomarán muestras de sangre para analizarla. La primera vacuna se inyectó antes de la marcha de Scott, en 2014; la segunda se inyectó hace unos días, durante la misión, cada uno en su entorno; y la tercera, al regresar. Gracias al uso de gemelos idénticos, y al control de factores genéticos que esto permite, los investigadores esperan poder comprobar si el sistema inmunológico se altera por el viaje espacial, las condiciones de microgravedad y el entorno.
"Vamos a ser capaces de determinar qué vías y de qué forma los viajes espaciales afectan al sistema inmune", explica Emmanuel Mignot, director del estudio. "La idea es evaluar los cambios inmunológicos y ofrecer ideas sobre la manera de contrarrestar como el uso de dosis más altas de vacunación."
Todos estos elementos serán vitales para permitir misiones espaciales más largas y preparar nuestros sistemas bio-médicos a la colonización de Marte. Uno de los resultados clave del experimento podría ser la apuesta seria por la 'medicina de precisión' mediante el desarrollo de vacunas a medida adaptadas a la genética de cada persona que darían, por tanto, una protección individualizada. Por eso nos parece interesante a nosotros también: La medicina de precisión, la medicina totalmente personalizada, es una de las grandes promesas de la investigación biomédica y, una vez más y aunque pase desapercibido, el programa espacial se está convirtiendo en el gran apoyo la las ciencias aplicadas.
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