Perseverance es uno de los grandes logros de los ingenieros de la NASA, un vehículo de media tonelada con toda una retahíla de instrumentación científica que va desde una estación meteorológica hasta un aparato capaz de generar oxígeno respirable. Y a pesar de ello hubo una tarea que se le resistió sobremanera: perforar la superficie marciana.
Estudiando la adversidad. Un equipo internacional de investigadores ha realizado un repaso de los factores que dificultan las tareas de minería fuera de la Tierra. Los autores clasifican estos “retos” como ambientales o tecnológicos.
Retos ambientales. Entre los factores ambientales enumerados por el equipo se encuentran la (ausencia de) atmósfera, la gravedad (o más bien la debilidad del empuje gravitatorio de estos cuerpos), temperatura, campo magnético, inestabilidad del agujereado, o abrasión de los regolitos, entre otros factores.
El primero de estos retos es uno de los más destacables. Los trabajos de perforación a menudo requieren líquidos de enfriado para proteger el material utilizado para taladrar. El problema es que, a falta de atmósfera la presión se minumice y a bajas presiones es muy difícil mantener materia en estado líquido, siendo frecuente la sublimación, el paso del estado sólido al gaseoso.
Retos tecnológicos. Entre los retos tecnológicos, los autores mencionan el transporte, la protección, la energía de perforación, el peso transmitido y la velocidad de rotación. El primero de estos retos no es específico de estas misiones, ya que el alto coste de llevar materiales al espacio es una característica de cualquier misión espacial.
Sin embargo esto genera una limitación específica en los equipos de perforación, la del peso transmitido a la broca. Esta fuerza tiene en el peso del equipo de perforación un límite. Los lugares en los que vamos a taladrar (Luna, planetas vecinos o asteroides) tienen menos masa que la Tierra, por lo que los equipos de taladrado pueden ejercer menos fuerza en estos lugares.
Los investigadores estudiaron las implicaciones de estos retos y consideraron algunas posibles soluciones en un artículo publicado recientemente en la revista Energies.
¿Por qué es tan importante? La minería espacial se ha convertido en un aspecto clave de la exploración espacial. A menudo cuando oímos hablar de este concepto imaginamos los recursos que podríamos encontrar en asteroides de nuestro entorno e incluso en nuestro satélite.
Pero los motivos que nos llevan a perforar otros planetas y cuerpos celestes además del nuestro van mucho más allá. En primer lugar, esto nos permite conocer mejor estos cuerpos. Cuando las misiones Apollo regresaron de la nuestro satélite lo hicieron cargadas de regolito lunar para su estudio. Estudio que nos sigue dando valiosa información sobre la historia de nuestro satélite.
Desde entonces hemos vuelto a la Luna a por más regolito, pero también tenemos misiones como Perseverance o InSight, excavando el suelo marciano para su estudio. Las muestras compiladas por la primera de estas misiones, además, serán recogidas en el planeta rojo para ser traídas de vuelta y estudiadas aquí en la Tierra.
Misiones tripuladas. El problema de la perforación adquirirá importancia con las futuras misiones tripuladas a Marte y las misiones que traten de establecer una presencia humana a largo plazo en la Luna. El motivo es que estas misiones probablemente requerirán de la explotación in situde recursos de estos lugares.
La Luna y Marte contienen gran cantidad de agua, pero la mayor parte de ella (o toda en el caso del satélite) se encuentra bajo la superficie. Si queremos acceder a ella, tendremos que taladrar. Y eso hoy por hoy, sigue siendo un quebradero de cabeza.
En Xataka | Llevamos años midiendo terremotos en Marte para darnos cuenta de algo: su núcleo no es como el nuestro
Imagen | NASA
Ver 1 comentarios