Ni los retrasos ni los informes pesimistas rompen las ambiciones de la NASA con sus futuras misiones en la Luna. La agencia espacial estadounidense está trabajando codo con codo con el departamento energético del país para encontrar un modo de llevar reactores de fisión a la Luna.
Primero la Luna, después en una nave y finalmente en Marte
Como parte de esta investigación, se ha hecho una llamada a que se propongan diseños para esos reactores con la idea de que alcancen a generar hasta 10 kW de energía. Lo suficiente como para abastecer a "varios habitáculos" con astronautas. En la imagen de cabecera puedes ver un concepto de reactor, con lo que parece un techo circular que lo protege de la luz solar.
Sería un primer paso, porque la NASA quiere llegar a los 40 kW generados y así poder alimentar 30 habitáculos durante diez años. Hay que tener en cuenta que la demanda energética de una "casa lunar" es mucho más alta que una terrestre, ya que hay exigencias extra como mantener el soporte vital, la presión, la temperatura y los niveles de oxígeno en el habitáculo.
Para la NASA, llevar un reactor así a la luna es lo adecuado por ser compacto, ligero y eficaz incluso en las largas noches lunares donde no se puede depender del sol. Un reactor así puede colocarse estratégicamente en un cráter para protegerse de la radiación solar, perjudicial al llegar sin ningún filtro atmosférico.
Los siguientes pasos para estos reactores espaciales son su llegada a Marte, y la NASA incluso pondera usarlos como fuente de energía que propulse las naves espaciales hasta el planeta rojo. La NASA desarrollará durante un año los diseños más prometedores que se entreguen en Febrero de 2022 como tarde.
Todo esto forma parte del programa lunar Artemis de la NASA que quiere llegar al satélite en 2024, aunque como hemos comentado los informes realistas no sitúan ese alunizaje hasta dos o tres años más tarde. Alejémonos del pesimismo: esta década volveremos a la luna y va a ser muy interesante.
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