Riesgo de impacto de un asteroide: así son los ejercicios que los astronautas hacen para evaluarlo (y pensar qué hacer)

Esta semana tuvimos un titular bastante 'Juego de Tronos' en algunas publicaciones al saberse de un asteroide que nos visitará desde muy, muy cerca: God of Death (o Dios de la Muerte), un asteroide de unos 335 metros de ancho, pasará a unos 30.578 kilómetros de la Tierra en 2029. Aunque es una distancia relativamente cercana hablando en estos términos, no significa que vayamos a estar en peligro, pero en la NASA llevan ya tiempo contemplando qué hacer ante el riesgo inminente de impacto de un asteroide.

Como suele ocurrir con estos supuestos, lo que se hacen son simulaciones. Y en esta ocasión lo que vemos es un problema al más puro estilo caso práctico de física pero llevado mucho más allá de movimiento rectilíneo uniformemente acelerado o tiro parabólico, dentro de todo lo que se ha hablado en la sexta Planetary Defense Conference de la International Academy of Astronautics.

"Dado un asteroide, cuyo impacto inminente será sobre cierta famosa ciudad..."

La IAA es una organización que persigue fomentar el desarrollo de la astronáutica con propósitos pacíficos, promover la cooperación internacional en el avance de la ciencia aeroespacial y reconocer a las personalidades que han destacado en la ciencia y la tecnología espacial entre otros cometidos. Y entre todos éstos está la celebración de estas conferencias, que como hemos comentado va ya por su sexta edición.

En esta ocasión se han reunido en Washington DC científicos de diversas organizaciones, incluyendo la NASA y la FEMA (Federal Emergency Management Agency) para ver cómo nos enfrentaríamos a un asteroide (ficticio) con una posibilidad entre 100 de impactar en la Tierra (1 entre 10 hablando del segundo día). Y bueno, se trata de un ejercicio como decíamos enunciado muy en la línea de un problema de física, pero hay incluso una nota de prensa sobre el anuncio del asteroide inventado, llamado PDC.

De hecho, el problema intenta ser tan realista que en el inicio de las páginas donde se ha publicado hay una advertencia en rojo que indica lo siguiente, además de matizar que jamás se usan tres letras en la denominación de un asteroide):

"Esta web no describe un impacto potencial real de un asteroide. La información de esta página es ficticia y se proporciona con el único objetivo de dar soporte a un ejercicio de respuesta de emergencia enunciado durante la Conferencia de Defensa Planetaria de 2019 de la IAA en Washington DC (EE.UU.) entre el 29 de abril y el 3 de mayo. Esto es sólo un ejercicio". (Ejercicio de la PDC)

¿Cómo presentan entonces la situación? Se supone que un asteroide descubierto el 26 de marzo de 2019 (bautizado como 2019 PDC), con magnitud 21,1 (entre 100 y 300 metros), se acercará en 2019 a 0,05 unidades astronómicas de la Tierra (si una UA son 149.597.870,7 kilómetros, esto serían unos 7.479.893,5 kilómetros). Se pasa a considerar un Asteroide Potencialmente Peligroso (Potentially Hazardous Asteroid, PHA) debido a la magnitud inicial estimada, y de hecho en el supuesto el sistema de monitorización de impactos del JPL de la NASA y el CLOMON de la ESA estiman varias fechas del impacto en el futuro, apuntando al 29 de abril de 2027 en ambos casos.

En principio la probabilidad de impacto es de 1 entre 50.000, pero a medida que se acerca y que se realizan estimaciones las probabilidades aumentan llegando a 1 entre 250. Y con todos estos datos de una primera aproximación (la de 2019) pueden ya calcular zonas de riesgo de impacto y demás escenarios para anticiparse a ese posible choque en 2027.

Un día después, las probabilidades son de 1 entre 100. Y ojo, que hay supuesto comunicado de prensa (con la advertencia de que es falso, de nuevo), y una animación en la que puede verse la simulación de las órbitas de 2019 PDC, la Tierra y Marte en esa primera aproximación en 2019. Y a medida que avanzan los días los cálculos van siendo más certeros y se da con el área de impacto: como no podía ser de otro modo PDC impactará en Estados Unidos, concretamente en Nueva York (aquí tienes material, Michael Bay).

"Lo que sabemos con precisión: el impacto es certero, la localización es Nueva York. Fecha 29 de abril de 2027, a las 12:01:28 am EDT, a 19 kilómetros por hora." (Ejercicio de la PDC)

Habrá un caso práctico en 2022

Así, los científicos reunidos en ese particular simposio fueron reuniendo ideas sobre cómo actuar ante este impacto inminente, tanto para evitarlo como para reducir las consecuencias si se terminara produciendo. Aquí, de hecho, hemos ido recogiendo algunas de ellas ya que se plantean desde hace tiempo ante impactos potenciales, y de hecho en 2022 habrá una prueba de impacto contra un asteroide con el fin de probar si esta opción sería segura, aunque ya vimos que destruir uno es más difícil de lo que parece.

En cuanto a la aproximación en 2029 del Dios de la Muerte, Marina Brozović (científica del JPL de la NASA) comenta que es una gran oportunidad para la ciencia, de modo que se podrán conocer detalles de la superficie gracias a las observaciones. Llevan estudiándolo desde 2004, y de hecho en un principio se calculó una probabilidad de impacto del 2,7%, pero cálculos posteriores lo descartaron.

Por suerte, muchos de estos asteoides están censados y controlados. El mes pasado, de hecho, hablábamos de la energía que libera la explosión aparentemente pequeña de un asteroide, desprendiendo una energía equivalente a 170 kilotones (como diez bombas atómicas), así que no está de más que se contemplen ciertos escenarios por poco probables que sean.

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