Jared Isaacman, el empresario que voló dos veces al espacio con SpaceX y acabó protagonizando la primera caminata espacial privada de la historia, ha sido nominado por Donald Trump para dirigir la NASA.
La elección de Trump. En un mensaje que ha sorprendido a casi todo el mundo, el presidente electo de Estados Unidos anunció el miércoles la nominación de Isaacman como futuro administrador de la NASA.
Trump destacó la carrera del joven empresario al frente de la compañía de procesamiento de pagos Shift4, así como su papel en Draken International, una empresa aeroespacial de defensa. Fue esta última la que lo convirtió en contratista de la Fuerza Aérea, pero es el dinero que amasó con la primera lo que le permitió convertirse en astronauta.
El astronauta privado. Isaacman financió las misiones Inspiration4 y Polaris Dawn que lo llevaron al espacio en dos ocasiones a bordo de una nave Crew Dragon de SpaceX. Isaacman comandó ambos vuelos, ayudando a SpaceX a explorar terreno desconocido. Inspiration4 fue la primera misión totalmente privada de la historia. Polaris Dawn, el vuelo tripulado de mayor altitud desde las misiones Apolo, y la primera caminata espacial comercial de todos los tiempos.
"La pasión de Jared por el espacio, su experiencia como astronauta y su dedicación para superar los límites de la exploración, descubrir los misterios del universo y promover la nueva economía espacial lo hacen ideal para liderar a la NASA hacia una era nueva y audaz", decía el comunicado firmado por Trump.
Isaacman acepta el reto. "Puedo decir con seguridad que esta segunda era espacial apenas ha comenzado", escribió el empresario tras aceptar la nominación de Trump. "El espacio tiene un potencial sin igual para avances en manufactura, biotecnología, minería y tal vez incluso para nuevas fuentes de energía. Inevitablemente, habrá una economía espacial próspera, que creará oportunidades para que innumerables personas vivan y trabajen en el espacio".
Isaacman deja entrever su visión comercial del espacio, pero también su intención de acelerar las misiones a la Luna y Marte en las que Estados Unidos compite contra China. "Con el apoyo del presidente Trump, puedo prometerles esto: nunca más perderemos nuestra capacidad de viajar a las estrellas, y nunca nos conformaremos con un segundo lugar. Inspiraremos a los niños, los suyos y los míos, a mirar hacia arriba y soñar con lo que es posible".
Elon Musk sale victorioso. No cabe duda de que SpaceX es la gran beneficiada por la elección de Jared Isaacman. Isaacman cree en los planes de Elon Musk para colonizar Marte, y está convencido de que Starship será la nave que lleve a los primeros humanos al planeta rojo.
Aunque muchos vaticinaban la nominación de Musk como administrador de la NASA, el hombre más rico del mundo ya tiene su papel en primera línea al frente de DOGE, el "Departamento de Eficiencia Gubernamental" que propondrá al gobierno de Trump medidas para reducir la burocracia y el tamaño de las administraciones estadounidenses.
Agárrense, que vienen curvas. En cuanto a los perdedores de esta nueva NASA, todos los ojos están puestos en las misiones Artemis a la Luna y el cohete lunar SLS, que acumulan un sangrante historial de retrasos, sobrecostes e ineficiencias. Será la confirmación de un annus horribilis para Boeing, que lidera el desarrollo del SLS como contratista principal de la NASA.
ULA, que tenía el monopolio de los lanzamientos gubernamentales hasta la irrupción de SpaceX, competirá ahora en igualdad de condiciones. Blue Origin, la empresa aeroespacial de Jeff Bezos, posiblemente salga beneficiada tras el debut de su primer cohete orbital, el poderoso New Glenn.
Imagen | Polaris Dawn, SpaceX
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