Tras su lanzamiento hace un año, la misión Parker Solar Probe de la NASA empieza a enviar los primeros datos después de volar más cerca del Sol que cualquier otra misión en la historia. La sonda Parker poco a poco nos está ayudando a desentrañar los misterios que envuelven a nuestra estrella y ya tenemos los primeros descubrimientos, los cuales se detallan en tres papers en Nature.
Los primeros datos que envía Parker están relacionados con la misteriosa temperatura de la atmósfera del Sol, conocida como la corona, que es cientos de veces más caliente que su superficie, así como los orígenes precisos del viento solar, que es la corriente de partículas que son expulsadas hacia todo el Sistema Solar y más allá.
Mas incógnitas que respuestas
Parker está en una misión de casi siete años que la hará pasar en repetidas ocasiones cerca del Sol, esto para recopilar información sobre los misterios que oculta y de los que a día de hoy no tenemos respuestas. Parker se encuentra actualmente en una órbita elíptica que la acerca al Sol aproximadamente cada cinco meses.
Con su último encuentro cercano el pasado 1 de septiembre, la sonda ha completado tres de esos viajes. Hasta el momento, Parker ha volado a menos de 24 millones de kilómetros de la superficie del Sol, casi el doble de cerca de lo que se encuentra Mercurio.
El profesor Stuart Bale, físico de la Universidad de California, en Berkeley, declaró:
"Los tres primeros encuentros de la sonda solar que hemos tenido hasta ahora han sido espectaculares. Podemos ver la estructura magnética de la corona, que nos dice que el viento solar está emergiendo de pequeños agujeros coronales; vemos actividad impulsiva, grandes llamaradas o interrupciones, que creemos que están relacionadas con el origen del viento solar. Y también nos sorprende la ferocidad de un ambiente lleno de polvo."
Anteriormente, los científicos habían descubierto que el viento solar parece tener dos componentes principales: uno "rápido" que viaja alrededor de 700 km por segundo, y proviene de agujeros coronales gigantes en la región polar del sol, y un viento "lento", que viaja por debajo de los 500 km por segundo, cuyo origen es desconocido.
La sonda Parker detectó que este viento "lento" emana de pequeños agujeros coronales que se ubican alrededor del ecuador del Sol, y que son estructuras solares que no se habían observadas previamente. Los primeros datos arrojan que estos agujeros coronales son regiones más frías y menos densas, a través de las cuales los campos magnéticos fluyen hacia el espacio, actuando como canales para que las partículas cargadas se muevan a todo lo largo.
Uno de los problemas de estar tan cerca del Sol, es que Parker no podrá enviar fotos directas, ya que si girara hacia el sol su cámara se derretiría. Por tal motivo, tanto la cámara como los instrumentos de la nave apuntan hacia los lados, lo que permite medir el flujo de partículas que componen el viento solar.
Otro de los descubrimientos revelaron que las partículas en el viento solar parecían ser liberadas en llamaradas explosivas, en lugar de ser irradiadas como si fuese una corriente constante. Esto podría explicar el porqué la atmósfera es extremadamente caliente, con temperaturas que superan un millón de grados, en comparación con la superficie solar, donde sólo hay unos 5.000 grados.
Tim Horbury, coinvestigador del instrumento Parker Solar Probe Fields del Imperial College London, mencionó:
"La corona es de un millón de grados, pero la superficie del Sol es sólo de miles. Es como si la temperatura de la superficie de la Tierra fuera la misma, pero su atmósfera fuera de muchos miles de grados. ¿Cómo puede ser esto? Uno esperaría una menor temperatura a medida que se aleja de la superficie".
En un descubrimiento más, se pudo observar una fuerte presencia de polvo en la zona cercana al Sol. Durante la aproximación más cercana a su órbita, Parker fue golpeada con un fino polvo, rayando pequeños regiones de su escudo térmico que aparecieron como rayas blancas en las imágenes captadas por la cámara de alta resolución. Los investigadores creen que son los restos de asteroides y cometas que se acercaron al Sol, los cuales se terminaron evaporando y dejando tras de sí restos de polvo.
Parker es una de las misiones más audaces e importantes hoy día para la NASA, ya que las condiciones extremas a las que se enfrenta requirieron el uso de materiales no convencionales nunca antes usados en el diseño de naves espaciales. Como el caso de escudos térmicos de cerámica blanca, que serán capaces de proteger a Parker de temperaturas de 1.400 grados durante la aproximación más cercana de la misión.
Cuando Parker pasa cerca del Sol, sus paneles solares se retraen para protegerse detrás del escudo térmico, dejando sólo una pequeña área expuesta para generar energía. A día de hoy, Parker ha batido el récord de la nave espacial de más rápido movimiento, y se estima que alcanzará velocidades de casi 700.000 km/h en 2024.
El trabajo de Parker apenas acaba de empezar. Le esperan 18 órbitas donde la nave usará la gravedad de Venus para acercarse cada vez un poco más al sol. Sus tres últimas órbitas, que comenzarán en diciembre de 2024, pondrán a Parker a tan sólo 6 millones de kilómetros de la superficie del sol, que es más de siete veces más cerca que la anterior misión que más se acercó al Sol, que fue la sonda Helios 2 en 1976. Esto pondrá a prueba toda esta nueva tecnología de protección especial que se hizo para Parker.
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