Seguramente todos conocemos la historia del bolígrafo para el que el equipo de investigación de la NASA se gastó un millón de dólares con tal de poder escribir en gravedad cero. Space Pen es probablemente uno de los bolígrafos más míticos y conocidos que existen y existirán, porque en octubre de 1969 estuvo en órbita, ayudando a los astronautas a tomar notas a en uno de los lugares menos hospitalarios en los que se ha encontrado el ser humano.
La década de los sesenta fue una de las épocas doradas de la exploración espacial, a fin de cuentas llegamos a la Luna. A parte de tratar de solucionar problemas de vida o muerte para viajar fuera de la Tierra, la NASA y el resto de investigadores y organismos también tenían que lidiar con problemas más comunes, como por ejemplo poder escribir cómodamente en el espacio y con un traje de astronauta puesto. Por eso, si un bolígrafo se anuncia como el bolígrafo diseñado para escribir en el espacio, es lógico que despierte el interés de los curiosos y no tan curiosos.
El bolígrafo que la NASA compraba por unos dólares
La historia de que la NASA se gastó 1.000.000 de dólares para desarrollar un bolígrafo mientras que la agencia espacial de Rusia se limitó a usar lápices ya sabemos que es falsa. Pero es una historia que se ha popularizado, y muchos siguen creyendo fervientemente que los astronautas de la antigua Unión Soviética fueron más astutos en este sentido. ¿Por qué? Porque es jugoso pensar que se destinan sumas importantes de dinero público en solucionar problemas minúsculos.
El origen de esta leyenda urbana sí que tiene una historia ligeramente parecida. En las primeras misiones de Apollo los astronautas utilizaban lápices, pero lápices que costaban más de 100 dólares cada uno. Al parecer la NASA se gastó más de 4.300 dólares en 34 lápices. El precio tan exagerado por lápiz se debía a que venían modificados para que los astronautas pudiesen cogerlos fácilmente en el espacio y que tampoco se rompiese el grafito a la primera de cambio.
Pero usar lápices, a pesar de que parece la idea más sencilla porque funcionan por fricción con el papel, no es la mejor de las ideas. El grafito es un material que además de poder romperse y desprenderse fácilmente del papel, es inflamable. Usar un bolígrafo era mejor idea, y antes de que las agencias espaciales pensaran mucho en ello, un empresario llamado Paul Fisher ya se había gastado un millón de dólares de su propio bolsillo para crear este bolígrafo.
La clave de este bolígrafo está en su cartucho de tinta. La tinta debía estar sellada dentro del cartucho para que no saliera en gravedad cero del cartucho. Pero eso significa también que se crea un cartucho si escribimos y por lo tanto la tinta deja de salir. Paul Fisher lo que hizo es un bolígrafo que incluía en el cartucho de tinta también nitrógeno presurizado. El gas presionaba y empujaba hacia abajo la tinta para que saliese y no se creara un vacío, sino que simplemente se redujese la presión dentro del cartucho al agotarse la tinta. El mecanismo nos puede parecer una tontería actualmente, pero por aquel entonces los bolígrafos simplemente no tenían este tipo de mecanismos.
Con el bolígrafo listo y bajo el eslogan del único bolígrafo hecho para escribir en gravedad cero, el empresario se lo llevó a la NASA. El bolígrafo estaba a la venta por algo más de 10 dólares, pero para la agencia espacial había un descuento por el que podían comprarlos por 6 dólares dólares. Lejos del millón de dólares.
No es el único que funciona en el espacio, pero es el preferido por los astronautas
Lo curioso de todo el asunto es que para escribir en el espacio no hace falta un bolígrafo especial. Durante un tiempo también se han utilizado bolígrafos normales y corrientes. Pero la NASA compró la idea y los bolígrafos a Paul Fisher y es el bolígrafo que se ha utilizado en muchas misiones de la agencia espacial. ¿Por qué? Simplemente porque es al que se han acostumbrado los astronautas.
Por otra parte, este bolígrafo no es exclusivo de la agencia estadounidense. Tanto la rusa como otras han utilizado desde entonces este bolígrafo, simplemente porque es el que se hizo popular. El Space Pen de hecho se sigue vendiendo, aunque ya no es el único que presume de poder usarse en el espacio, hay otras marcas con mecanismos similares que también lo hacen.
A día de hoy sin embargo, con conexiones instantáneas entre espacio y base terrestre, el bolígrafo y el papel han quedado relegados a un segundo plano. Los ordenadores, las tablets, las grabadoras y otros sistemas digitales han cogido el relevo. Pero no, no se sabe de ninguna tablet o marca de ordenador favorita de los astronautas.
Una edición especial de 500 unidades a 500 dólares
El mito y la realidad han ido retroalimentándose durante cinco décadas. El pasado 11 de octubre se cumplieron exactamente 50 años desde la salida del bolígrafo de la Tierra a bordo del Apollo 7. Desde entonces el bolígrafo también se ha popularizado entre los que no son astronautas o aficionados al espacio. Fisher sigue vendiendo su Space Pen y también hay similares por tiendas como Amazon o papelerías
Pero el que desde luego es único es el nuevo modelo de Fisher de edición limitada para conmemorar el 50 aniversario. Un total de 500 unidades que se han puesto a la venta por 500 dólares cada una de ellas en la página oficial de la marca. Los bolígrafos están fabricados en oro y titanio, y tienen una inscripción grabada que rememora ese momento. En ella podemos ver el nombre de la misión 'Apollo 7', la fecha en la que despegó la nave y algunos dibujos de astros a su alrededor.
Además del bolígrafo, los compradores recibirán una moneda conmemorativa del momento y una placa especial con un mensaje de uno de los astronautas que viajó al espacio con el bolígrafo. Todo ello en una caja de oro para guardar este bolígrafo tan especial (y espacial).
Imagen | NASA
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