SpaceX ha hecho ciencia ficción en directo. El primer intento de atrapar al vuelo el propulsor Super Heavy de Starship, el cohete más alto y potente jamás construido, ha sido un éxito tan redondo que ha parecido fácil. Pero es solo el segundo cohete orbital que aterriza en la historia. El primero, el Falcon 9, también es de SpaceX.
Despegue y separación. A las 7:25 del domingo, hora local en Starbase, Starship despegó por quinta vez con un encendido perfecto de sus 33 motores Raptor. El cohete de más de 120 metros se elevó durante dos minutos y medio hasta ponerse en horizontal a una altitud de 70 kilómetros, apagando a continuación todos sus motores menos tres para la separación de etapas.
La nave Starship encendió sus motores, alejándose del propulsor Super Heavy, y este volvió a encender los suyos, clavando su maniobra de giro para planear de regreso a la plataforma de lanzamiento. Antes, el Super Heavy se deshizo del anillo de separación en caliente para aligerar su peso (algo que, en el futuro, no tendrá que hacer porque SpaceX planea rediseñar la interetapa).
Super Heavy cazado. El Super Heavy usó sus propulsores de gas caliente (el sistema de maniobra RCS) y sus aletas de rejilla para planear hacia la plataforma de lanzamiento. Cuando habían pasado cinco minutos del despegue, con la torre y el cohete en buen estado, el director de vuelo dio el ok al intento de captura.
Seis minutos y medio después del despegue, el propulsor Super Heavy volvió a encender 13 de sus motores para frenar. Cuando el cronómetro iba a llegar a los 7 minutos, se acercó a la torre de lanzamiento con cierta lateralidad, maniobrando con tres motores. Mientras los brazos de la torre se cerraban, el propulsor se colocó a la altura precisa para quedar abrazado por la torre de 140 metros.
Por qué han hecho esto. Starship está diseñada para ser rápidamente reutilizable. La nave puede aterrizar por su cuenta, pero la idea de SpaceX para el propulsor Super Heavy, de 70 metros de altura, es que regrese a la plataforma de lanzamiento. Y como no tiene patas, lo hará directamente en los brazos de la torre Mechazilla, que SpaceX ya usaba para apilar las dos etapas del enorme cohete.
En el futuro, el Super Heavy será atrapado por la torre, como ha pasado hoy por primera vez, y será colocado en la plataforma de lanzamiento para volver a volar. Los mismos brazos le pondrán encima otra Starship y ambas etapas se llenarán de metano y oxígeno líquido para un nuevo despegue en cuestión de horas.
Por qué es importante. Las versiones futuras de Starship podrán lanzar más de 100 toneladas de carga a la órbita baja terrestre. Elon Musk habla de más de 200 toneladas para la versión Starship 3. Con la posibilidad de reutilizar rápidamente las dos etapas del cohete, los costes de lanzamiento se abaratarán a niveles hasta ahora impensables, y las constelaciones de satélites como Starlink podrán escalarse a mayor velocidad.
Pero SpaceX tiene planes mucho más ambiciosos para Starship fuera de la órbita terrestre. Esta será la nave que lleve a la primera mujer hasta la superficie de la Luna, si la misión Artemis III de la NASA no se sigue retrasando. Y la nave que Elon Musk quiere usar para colonizar Marte. El CEO de SpaceX apunta a 2026, el año de la próxima alineación entre la Tierra y el planeta rojo, para lanzar cinco Starships sin tripulación a Marte e intentar que aterricen.
Imagen | SpaceX
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