Tras superar todos los problemas y una semana de viaje, a Artemis aún le queda lo más delicado

Hace una semana, la primera misión del programa Artemis, partía desde el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral con destino a la Luna. La misión tenía por delante 25 días y medio de viaje de ida y regreso hacia nuestro satélite. En menos de siete días, La cápsula Orion ya está en la Luna. Esto es lo que tiene por delante.

Todo bien, ahora. El cohete Space Launch System (SLS), el cohete más potente con el que las agencias espaciales cuentan por ahora, partió del Kennedy Space Center en la madrugada del pasado miércoles 16, a las 7.47 hora peninsular (CET), 1.47 hora local en Florida. A bordo partía la nueva cápsula Orion, la encargada de llevar a cabo las siguientes fases de la misión Artemis I.

El despegue fue un éxito y en sucesivas maniobras de ajuste, la última etapa del cohete ponía a la cápsula Orión en dirección a la Luna. La maniobra había servido para poner una decena de experimentos más en ruta hacia sus destinos. Tras cinco días de viaje Orión alcanzaba la “esfera de influencia” de la Luna e iniciaba la maniobra de paso.

La última actualización de la misión, del séptimo día de viaje (22 de noviembre), daba cuenta de algunas pruebas de la cápsula como su sistema de guiado y el inicio de su tránsito a la órbita que completará en la siguiente fase de su viaje: la Órbita Retrógrada Distante (DRO).

18 días por delante. La cápsula debería alcanzar su nueva órbita a última hora del viernes 25. Acompañará a nuestro satélite desde esta órbita durante casi otra semana para después realizar las maniobras necesarias para ponerse de nuevo destino a la Tierra.

Estas maniobras serán semejantes a las que la pusieron en la orbita DRO, simétricas en cierto sentido. Orión abandonará la órbita lunar para acercarse primero al satélite y realizar la maniobra de paso. Esto dejará la misión en una suerte de caída libre, de vuelta hacia la Tierra. Durante el viaje de regreso realizará, eso sí, las maniobras necesarias para “apuntar” correctamente.

Cuando se acerque a la Tierra, la cápsula Orión se dividirá en dos: el módulo de servicio se separará del módulo de la tripulación, que ejercerá también de aterrizador. La maniobra llevará este módulo a reentrar en la atmósfera terrestre para estrellarse contra el Océano Pacífico el día 11 de diciembre.

Más que unos maniquís. La reentrada de la cápsula Orion será también un momento delicado de la misión. Las reentradas atmosféricas son maniobras exigentes para las naves y las tripulaciones, en las que la nave tiene que sufrir temperaturas que pueden rondar los 1.700ºC. Comprobar el funcionamiento del escudo térmico de la Orion es uno de los objetivos más importantes de esta primera misión Artemis.

Prueba de la delicadeza de esta maniobra, las diversas naves que han sido perdidas en maniobras de reentrada, incluso en planetas como Marte, donde la atmósfera, menos densa, implica menor resistencia. Quizá el caso más tristemente conocido es el del transbordador Columbia, accidente que costó la vida de siete personas.

El escudo no solo tiene que mantener la temperatura de la nave sino también ser un primer “decelerador” de la cápsula. A bordo del módulo de la tripulación de la Orion, los encargados de la misión pusieron varios maniquís. Estos maniquís serán utilizados para comprobar las condiciones que los futuros tripulantes de las misiones Artemis tendrán que soportar. Esto incluye la rápida deceleración de la nave.

Un programa con multitud de misiones. encargadas de devolverá la humanidad a la Luna. La primera de ellas en un vuelo orbital tripulado y la siguiente que implicará el aterrizaje en nuestro satélite.

No serán las últimas misiones. La agencia espacial estadounidense anunció que, pese a los retrasos en el programa Artemis, el objetivo será contar con presencia estable en la Luna antes de que concluya la presente década. Más allá de eso, los constantes retrasos han implicado que sea muy difícil estimar un calendario preciso de Artemis.

Lo que sí sabemos es que la NASA no está sola en esta carrera por regresar a la Luna. China se ha convertido en el principal competidor de los americanos en este esfuerzo. El programa lunar de Beijín ha avanzado notablemente en sus misiones no tripuladas y ha sido responsable del primer retorno de muestras lunares en décadas, desde la era de los programas Apollo estadounidense y Luna soviético.

Imagen | NASA, Artemis 1

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