La NASA y otras administraciones llevan ya un tiempo tomándose muy en serio el tema de los avistamientos de los “fenómenos anómalos no identificados” (UAP por sus siglas en inglés). Lejos de la mera credulidad, las autoridades norteamericanas analizan con detalle estos casos. Adminte sin embargo que aún necesitan mucha información para esclarecer los casos más enigmáticos.
Puertas abiertas. El panel de expertos creado el año pasado por la NASA para el estudio de los UAP dio ayer su primera conferencia pública. En la charla se comentaron algunas de las consideraciones clave de los expertos, entre las que destacó la idea de que aún hace falta mucha información para lograr abordar el tema.
La conferencia ha sido un nuevo ejemplo del nuevo compromiso de las autoridades por una investigación más abierta de estos fenómenos. Muchos de los datos compilados proceden, destacaron, de instituciones y agentes civiles.
En la conferencia también tomó parte Seán Kirkpatrick, director de la AARO (All-domain Anomaly Resolution Office), el departamento abierto por el Ministerio de Defensa estadounidense para la investigación de este tipo de fenómenos. Desde la oficina, creada también el año pasado, se invitó a una colaboración más estrecha entre la agencia espacial y el Pentágono.
De los objetos a los fenómenos. El análisis crítico de estos eventos también ha pasado por cambiarles el nombre. Antaño se hablaba de objetos volantes no identificados (los OVNI de toda la vida), sin embargo la terminología actual es la de fenómenos aéreos no identificados, UAP. El motivo es evidente: no sabemos lo que son, siquiera si son “objetos” al uso.
Esto concuerda con otra de las ideas planteadas durante el encuentro: la de que no tenemos ningún indicio para pensar que estos eventos tienen relación alguna con la existencia de vida en otros planetas. Esta hipótesis no es descartable, pero la identificación de OVNIs o UAPs con vida extraterrestre no es el punto de partida de este análisis.
Más y mejores datos. Los ponentes del encuentro destacaron el planteamiento científico de la iniciativa. Sin embargo pusieron de relieve el hecho de que los esfuerzos para esclarecer estos fenómenos anómalos requerirá de la capacidad de las autoridades de compilar mejor los datos.
“Si tuviera que resumir en una línea lo que siento que hemos aprendido es que necesitamos datos de alta calidad” aseguraba David Spergel, miembro del equipo de la NASA. “Los datos existentes hoy en día y los informes de testigos por sí solos son insuficientes para proveer de pruebas concluyentes sobre la naturaleza y origen de cada evento UAP.”
Diversidad de fuentes. La información compilada por las distintas agencias estadounidenses procede de un inmenso número de fuentes, desde las cámaras de móviles a los sofisticados sistemas de los drones militares. De hecho puede verse en los datos ofrecidos por Kirkpatrick una abundancia de UAPs en oriente medio, probablemente debida a la presencia militar estadounidense en la zona.
Esto, junto al reciente recuerdo del globo espía que sobrevoló Norteamérica recientemente, nos hacen ver que el origen de estos fenómenos puede ser tan mundano como el espionaje y la actividad militar.
Hoja de ruta. El trabajo del grupo de trabajo de la NASA no es la resolución caso por caso de estos fenómenos, sino la creación de una “hoja de ruta” que guíe futuros análisis. Esta hoja de ruta quedará plasmada en un informe que podría ser publicado hacia finales de julio. En este sentido, la conferencia sirvió como adelanto de este futuro informe.
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