Hace dos años, la Unión Europea acordó impulsar su propia constelación de satélites para conseguir una capacidad estratégica en comunicaciones de banda ancha satelital. IRIS2 sería a Starlink lo que Galileo representa para el GPS. Ahora, ese objetivo está más cerca de hacerse realidad. Por fin hay adjudicatario para construir la megaconstelación, y es un equipo con participación española.
La oferta ganadora. La Comisión Europea ha adjudicado la construcción de IRIS² (IRIS cuadrado) a SpaceRISE, un consorcio de empresas aeroespaciales liderado por SES, Eutelsat y la empresa español Hispasat. El contrato es una concesión de 12 años que la Comisión espera firmar antes de cerrar 2024.
Además de los tres miembros del consorcio, el proyecto cuenta con un puñado de subcontratistas europeos: Thales Alenia Space, OHB, Airbus Defence and Space, Telespazio, Deutsche Telekom, Orange, Hisdesat y Thales SIX.
6.000 millones de euros. Acrónimo de "Infraestructura para la Resiliencia, la Interconectividad y la Seguridad Satelital", IRIS2 es la respuesta de la Unión Europea a las megaconstelaciones de satélites de Estados Unidos y China.
La Comisión Europea espera que la nueva red de satélites esté operativa en 2030. El coste estimado del proyecto será de 6.000 millones de euros, de los cuales la Comisión aportaría el 60% y la industria privada, el 40% restante. Sin embargo, los analistas ya están haciendo cábalas sobre un precio más cercano a los 10.000 millones.
Para qué sirve IRIS2. El objetivo de los satélites será proporcionar servicios de comunicación "soberanos, seguros y resilientes" en toda Europa. La constelación (muy modesta, en comparación con sus homólogas chinas y estadounidenses) contará con más de 290 satélites individuales en diferentes órbitas, además de toda la infraestructura terrestre de estaciones y antenas.
Si bien el sistema dará servicio, en un principio, a usuarios gubernamentales de los Estados miembros, más adelante tendrá capacidad para ofrecer servicios comerciales que permitan a las empresas privadas recuperar su inversión.
Diferencias con Starlink. La principal diferencia de IRIS2 con Starlink y su versión gubernamental, Starshield, es su configuración orbital. El proyecto europeo combinará satélites en órbita baja (LEO), órbita media (MEO) y órbita geoestacionaria (GEO) para conseguir una cobertura completa con menos satélites, sacrificando la menor latencia que permiten los satélites en órbita baja.
Otra es el número de satélites proyectados: hasta 30.000, en el caso de SpaceX, que lanza sus satélites con sus propios cohetes. En China, Guowang ha empezado a construir una megaconstelación de 13.000 satélites financiada por el gobierno. Amazon también está desarrollando su propia constelación: Kuiper, con permiso para lanzar 3.200 satélites en LEO.
Algunos requisitos. Como parte de sus disposiciones medioambientales, los eurodiputados se aseguraron de reforzar los requisitos de sostenibilidad de IRIS2 para compensar las emisiones asociadas, evitar la proliferación de basura espacial y minimizar la contaminación lumínica.
La luminosidad de las constelaciones de satélites es un tema que preocupa especialmente a los astrónomos, cuyas observaciones se ven cada vez más afectadas por el paso de los más de 6.000 satélites Starlink actualmente en órbita.
Imagen | SpaceRISE
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