Voyager 2 está en sus últimas: a 18 mil millones de kilómetros y con latencia de 17 horas la NASA está tratando de arreglarla

Las sondas gemelas Voyager son uno de los grandes hitos de la humanidad, lo más lejos que hemos llegado con una creación propia. Durante más de cuatro décadas nos han ayudado a entender el Sistema Solar y también el espacio interestelar recientemente. Más admirable aún es mantener una sonda espacial durante tanto tiempo funcionando. Voyager 2 ha sufrido un nuevo problema en los últimos días, y la NASA está tratando de recuperarla, remotamente a una distancia de más de 18.000 millones de kilómetros.

La Voyager 2 apagó parte de sus instrumentos la pasada semana después de detectar un error. Esto se hace de forma automática para evitar daños mayores. Ahora los ingenieros de la NASA están trabajando para encender todos los instrumentos de nuevo y que la sonda vuelva a su rutina normal de operaciones.

Fue el pasado 25 de enero cuando la base de la Tierra recibió una señal de que la Voyager 2 no había ejecutado una maniobra planeada para calibrar su instrumento de campo magnético. Automáticamente los instrumentos y partes no esenciales se apagaron dado que dos sistemas de alta potencia estaban encendidos al mismo tiempo, lo que gastaba más energía de la que se debería.

Tras analizar la telemtería enviada por la sonda los ingenieros consiguieron recuperar parte del estado normal de la sonda. Sin embargo aún hay instrumentos que encender de nuevo, y no es tarea fácil. No es tarea fácil porque Voyager 2 se encuentra ya en el exterior del Sistema Solar, a más de 18.000 millones de kilómetros de la Tierra. Para comunicarse con nosotros la distancia existente genera una latencia de nada más y nada menos que 17 horas. En otras palabras, cada mensaje y comando que se ordena desde la Tierra tarda 17 horas en llegar a la sonda, luego hay que esperar 17 horas más para que llegue el mensaje de vuelta de la sonda. Día y medio sólo para saber si una orden dada al software de la sonda ha tenido efecto o no.

Modo ahorro de batería

La autonomía y el consumo de energía es una de las mayores dificultades a las que se enfrenta la Voyager 2 (ya la Voyager 1 y en general cualquier sonda con misiones de larga duración). Más que para navegar (se impulsa pocas veces) la sonda necesita la energía para mantener los instrumentos activos y midiendo, pero sobre todo para mantenerlos calientes. Es decir, en el espacio profundo a más de 18 mil millones de kilómetros del Sol calor precisamente no hace, con tal de evitar que se congelen los instrumentos la sonda debe estar calentándolos constantemente.

Una representación aproximada de dónde se encuentran las dos Voyager con respecto al Sistema Solar.

La Voyager 2 está equipada con un generador termoeléctrico radioisótopo (RTG) para tener energía, usar paneles solares como en otras sondas no tiene sentido, pues se encuentra demasiado lejos del Sol. El problema del RTG es que con el paso del tiempo pierde potencia a medida que el plutonio se descompone. En definitiva, la sonda no tiene cómo "recargarse", por lo que los ingenieros de la NASA han estado constantemente buscando cómo hacerla más eficiente, 42 años en modo ahorro de batería.

Cinco años más de vida

La eficiencia del sistema de energía RTG ha ido disminuyendo con el paso de los años, actualmente tan sólo produce un 60% de lo que producían cuando la sonda dejó la Tierra. Se espera que el generador aguante aproximadamente unos cinco años más antes de que el plutonio ya no ofrezca energía suficiente para mantener los instrumentos a temperaturas correctas. A partir de ahí es cuestión de suerte y esperar hasta que los instrumentos dejen de enviar datos por acabar congelados.

La sonda Voyager 2 actualmente es especialmente relevante frente a su gemela Voyager 1 porque tiene activos algunos instrumentos que en la Voyager 1 ya no funcionan, esto le permite ofrecer datos únicos. Ambas naves espaciales están actualmente en el espacio interestelar. Los primeros datos que la Voyager 2 envió desde el espacio interestelar son prometedores para los científicos.

¿El futuro de la Voyager 2? Incierto una vez agote su energía. Ahora que ya está fuera del Sistema Solar debe atravesar una burbuja de campos magnéticos y partículas que permanecen en el borde del Sistema Solar, la Nube de Oort. Sólo para llegar al borde interno de la nube la Voyager 2 tardará unos 2.300 años según estimaciones de la NASA. Cruzar toda la Nube de Oort le llevara unos 30.000 años, pero no llegará a brindarnos información para entonces.

Vía | MIT
Más información | NASA

Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com

VER 17 Comentarios

Portada de Xataka