Son asequibles, cómodas y nos salvan de más de un apuro. Algunos incluso no salimos de casa sin una de ellas. Os hablo de las baterías externas, una de las compañeras más de moda para nuestros smartphones.
La posibilidad de recargar ese preciado gadget que es nuestro smartphone en cualquier momento y lugar es irresistible. Si te has decidido a comprar una batería externa para tu teléfono móvil, aquí tienes los siete puntos clave que debes considerar para acertar con la elección.
1. La capacidad, la justa para tus necesidades
Es muy tentador ver una oferta de una batería externa de 16.000 mAh. Pero no debemos dejarnos llevar por la emoción y es preferible pensar con calma la capacidad que realmente vamos a necesitar en nuestro caso.
Si solo pretendemos tener una batería externa que nos de una carga extra a nuestro smartphone, contar con una unidad de la misma capacidad que la batería de nuestro smartphone podría ser suficiente. Pero no te recomiendo ajustar mucho el valor. Si nuestro smartphone tiene una batería de 2.500 mAh, una externa de esa misma capacidad no nos dará por regla general una carga extra completa porque no es 100% eficiente.
A partir de ahí, cada carga extra supondrá multiplicar esa capacidad base. Pero ten en cuenta que ese aumento de capacidad supone habitualmente más precio, tiempo de carga así como peso y tamaño.
2. El tiempo de carga, clave
Además de la capacidad total de la batería, lo que va a determinar que una batería externa se cargue más o menos antes será la intensidad de la corriente de entrada. Lo habitual es que sea de 0.8, 1, 1.5 o incluso 2A. Si podemos elegir, mejor escoger la de mayor corriente porque la batería se cargará antes.
3. Puerto para la carga de la batería
Sobre las conexiones para recargar la batería, puede ser una USB tradicional o un microUSB. En el caso del segundo tipo, el más habitual, es además el preferible porque te permitirá cargarlo con el mismo cable que uses luego para recargar el smartphone.
Algunos modelos como los de Mophie permiten usar sus baterías como elementos de paso mientras tenemos conectado el smartphone, de manera que podemos sincronizar el teléfono, que éste se cargue y que al acabar, comience la batería externa a hacer lo propio. Y todo conectado al mismo tiempo.
4. Número y tipo de salidas
Lo habitual es que con una batería externa queramos cargar un solo gadget, habitualmente el smartphone. Pero si nuestra elección es de bastante capacidad es probable que podamos aprovechar para cargar más de un cacharro, por lo que hay que considerar que la batería externa incluya más salidas.
En el mercado encontramos modelos que amplían a dos, tres, cuatro y hasta cinco puertos de salida su configuración. La mayoría son USB, pero hay modelos de baterías más completos que añaden un puerto extra, aunque no es lo habitual. Se trata de una salida DC de 9V/12V que podemos seleccionar para cargar otros equipos como portátiles. En los próximos meses también conoceremos más modelos que añadirán salida USB-C para dar cabida a los nuevos equipos que llegarán este año con dicho puerto.
5. Intensidad de las salidas
No es lo mismo cargar un smartphone con batería de pequeña capacidad que uno con más de 3.000 mAh. O quizás queramos usar la batería para cargar un tablet. Dependiendo del tipo de salida/s que tenga la batería, esta carga podrá hacerse más rápida o terriblemente lenta.
Para gadgets de poca capacidad, una batería con salida de 1A nos podría servir. A partir de ahí, tenemos modelos con salidas USB de 1.8A para los smartphones de más capacidad o de 2.1A, recomendables para los smartphones compatibles con el sistema de carga rápida. En el caso de los tablets, es recomendable tener al menos una salida de 2.4A o puede que algunos modelos ni tan siquiera se carguen con la batería que compremos.
Además, si las salidas son de las llamadas Smart, mucho mejor. Este tipo de salidas adaptan su intensidad al gadget que conectemos a su puerto. Y ojo con la intensidad máxima que pueden alcanzar en conjunto todas las salidas, porque quizás si las estamos ocupando todas, no permita la batería el máximo rendimiento de carga en todos los puertos de salida.
6. Extras que bien vale considerarlos
A igualdad de precio, capacidad o los puertos que necesitamos, toca mirar qué extras nos ofrecen las baterías externas. Lo más común es que lleven una luz LED que hace de linterna, pero lo realmente interesante es el indicador LED para conocer de un vistazo tanto el estado de la carga como la capacidad restante de la batería. Otro extra que incluyen algunos modelos es su propio cable de carga y recarga incluido, lo que puede venir bien para despistados.
7. Ciclo de vida y marcas
Cuando un producto se convierte en objeto de deseo, conocer qué compramos es clave por la proliferación de diferentes modelos y marcas. En el segmento de las baterías externas no debemos olvidarnos de comprobar la fiabilidad de una determinada marca, además de pensar en los ciclos de carga que cada fabricante nos garantiza. Lo habitual es que sean al menos 500 ciclos en las baterías de iones de litio.
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