2017 ha sido el año en el que el precio del modelo base de un smartphone ha sobrepasado los 1.000 euros en su salida, hablando del Samsung Galaxy Note 8. Fue el primero y no el único, además de que antes los modelos de mayor almacenamiento de los iPhone ya los habían alcanzado, de ahí que nos planteásemos lo siguiente: ¿pagaremos más por un móvil que por un ordenador?
Una interesante cuestión a la que quisimos sacar jugo aprovechando el entorno de los Premios Xataka y reuniendo en una de las mesas redondas a seis expertos en el sector tecnológico: Carolina Denia (periodista especializada en tecnología, cofundadora de en Clipset), Jaume Lahoz (fundador de Topes de Gama), Angel Jimenez de Luis (periodista en El Mundo y cofundador de Cuonda), Javier Pastor (editor en Xataka), María Sanchez Vargas (comunicación en LG España) y Amparo Babiloni (Xataka Android), moderadora.
El salto tecnológico de los smartphones
El tema de la mesa servía ya para abrir el debate, y cada ponente aprovechó para dejar su idea tras presentarse. El "sí" fue el factor común en las respuestas, a lo cual Jaume Lahoz añadía una pregunta derivada de la inicial, dejando un planteamiento que se desarrollaría a continuación: "¿Pagaremos por un portátil?".
El fundador de Topes de Gama habla de que se justifica la subida de precio con las capacidades de los smartphones, que llegan a ser equivalentes a los ordenadores en cierto modo. A ello se suma Jiménez de Luis, que habla de las bondades a nivel de fotografía y capacidad de procesamiento de los smartphones actuales, a la altura (o superiores) que algunos ordenadores.
La tecnología que tenemos en el bolsillo es increíble, es de otro planeta (Ángel Jiménez de Luis, El Mundo)
Por otro lado, María Sánchez aprovechaba para poner en valor el papel que aún hacen los ordenadores y que aún hay margen de innovación para ellos, opinando que considera que en un futuro el precio de estos smartphones tan caros se reducirá. Pero la reflexión de Pastor recordaba a la que leímos en Xataka Móvil sobre la subida de precio de los smartphones, comentando que hay gamas de productos con modelos más aspiracionales y que en su opinión existirá esa línea de precios (como consumidores que lo pagarán).
Pastor hablaba de los márgenes de beneficio bajo esos incrementos de precio y reconducía la reflexión a si realmente compensamos ese coste con el uso. Y a colación de esto, Denia matizaba que es un producto que usamos prácticamente todo el día y que compensa pagar por lo mejor si tenemos un uso más satisfactorio, pero que hay una sobredimensión de precios también proporcional a la que provoca el marketing con las características.
El smartphone ha desplazado al PC en nuestro universo tecnológico
Volviendo a esa era post-PC que se esboza constantemente, la cofundadora de Clipset recordaba que a día de hoy aún hay herramientas o webs que requieren un ordenador para su uso. Es decir, que los smartphones son cada vez más capaces de realizar ciertas tareas, pero que también depende de los creadores de contenido.
Para que los ordenadores puedan desaparecer tienen que ocurrir dos cosas: que todos aquellos que van a incorporar contenido en la red para que el consumidor pueda acceder a ellos lo han de adaptar a un teléfono móvil [...], y que las pantallas sean de un tamaño más grande [...]. (Carolina Denia, Clipset)
No obstante, admitía la idea de que el smartphone ha ido desplazando al ordenador (poniendo el ejemplo del control de la domótica) y relacionando estas horas de uso con la justificación de pagar un precio mayor al de un ordenador. El de Cuonda añade que el PC está desapareciendo, quedando justamente el rango más específico y más caro precisamente porque el móvil sustituye a ese ordenador sencillo, y el consumidor invierte en un PC que dé para tareas más pesadas (edición de vídeo, etc.).
Los móviles quieren ser ordenadores: ¿tiene esto futuro?
Varios smartphones de 2017, precisamente de los que han salido con estos precios más altos, presentaban como una de sus principales características la conexión a un monitor para emular a un ordenador, como los Galaxy con Samsung DeX o el Huawei Mate 10.
Jiménez de Luis considera que aún estamos en el inicio y que falta mucho por pulir, pero que llegará el punto en el que sin ni siquiera una conexión física habrá una convergencia smartphone-escritorio. Lahoz coincidía, añadiendo que en un uso común la exigencia del ordenador de casa tampoco requiere especificaciones demasiado potente, y Pastor aportaba al hilo de esto lo que parece ser una convergencia también en los productos de Apple, y que lo ve también como un camino que se está siguiendo.
Creo, como Jaume, que la convergencia va a acabar funcionando como debe y que se va a tirar por ahí. [...] Creo que todos están entendiendo que en el móvil está el futuro y que se puede usar para todo. (Javier Pastor, Xataka)
Denia opina que han de solucionarse varios problemas para que se dé esa convergencia: el precio, porque los móviles que permiten esto son precisamente los más caros, y el espacio, dado que se necesitan periféricos como un PC de sobremesa. Sánchez añadía otro aspecto pendiente: cómo hacer estos sistemas seguros en entornos profesionales.
La miniaturización de componentes como factor de encarecimiento en el coste final
En la actualidad tenemos altas prestaciones y potencias en apenas 7 milímetros de grosor, con unas exigencias cada vez mayores en cuanto a diseño y estética. Lahoz se mostraba entusiasta de cara a atender a las novedades y logros en este sentido, opinando que son aspectos que justifican en parte ese aumento de precio y de nuevo comparándolo con otros sectores como la automoción.
Este sentimiento que te transmite tu coche cuando bajas al garaje a mí (y a muchos) me pasa cuando cojo mi smartphone. Y ese elemento encarece la producción: mejores materiales, gente estudiando el "feeling", etc. [...] Que haya subido el precio ha generado muchas gamas [...], y esto también es positivo. (Jaume Lahoz, Topes de gama)
Al hilo de hablar de fabricantes, María Sánchez añadía que es consecuencia de las exigencias del consumidor, y que el fabricante es capaz o no de transformarlas en un producto que las tenga. A las palabras de Lahoz añadió la fórmula "coste versus valor", explicando que en esa segunda parte es donde los fabricantes están posicionando los modelos más caros.
Denia intervino para añadir la idea de que "los smartphones de alta gama son los conejillos de indias del resto de gamas de una marca". Que son los modelos que introducen las novedades para que posteriormente lleguen a otras gamas.
Estas ideas Jiménez de Luis las vincula con la ruptura con el mercado de la subvención en los móviles: de pagar cómodamente los teléfonos a pensar que no nos lo podemos permitir o que no debemos gastar tanto dinero. Y que debido a estos altos precios se pierde la perspectiva de que los móviles de precios menores (300, 600 euros, etc.) que también son muy móviles.
Era post-PC: smartphones, wearables... ¿Qué viene después?
Precisamente con la miniaturización y la democratización de ciertas tecnologías, en los últimos años hemos visto una ampliación en las áreas de electrónica como el nacimiento y establecimiento de los wearables y la "ropa inteligente". También hemos visto como incluso se ha llegado a implantar chips bajo la piel. ¿Qué será lo siguiente?
Denia hablaba de manera positiva de los wearables y de que le resultan especialmente útiles y estéticamente atractivos. Ella ve un futuro con wearables más miniaturizados y más integrados con nuestras actividades, y veía los chips implantados como interesante, pero peligroso.
Lahoz se mostraba algo más pesimista en torno a los wearables, hablando del smartphone como el centro de nuestra vida digital y de que los primeros no han tenido el éxito previsto. Afirma que es evidente que la conectividad en general es un factor clave en el futuro, y que esto dependerá del móvil.
Jiménez de Luis añade que ve a los altavoces "inteligentes", un sector emergente ahora mismo, serán una parte importante de ese futuro. Y que ya estamos en la era post-PC, que veremos electrónica vestible hasta el punto de llegar a productos como lentes de contacto o implantarnos algo.
La era post-PC es una palabra que aún hay que defender, es curioso [...]. Donde estamos ahora es la era post-PC, no es algo que ha fallado o no ha llegado. [...] Éste es el mundo que veíamos venir y estamos ya en él. (Ángel Jiménez de Luis, El Mundo)
Sánchez añadía que el reto es ver cómo se hace inteligente lo que ya tenemos en casa (electrodomésticos, etc.), poniendo en valor los smartwatches en cuanto a que cumplen con la satisfacción de lo que quiere el usuario (por ejemplo, los deportistas). Pastor se mostró decepcionado con los wearables en cuanto al ritmo de su evolución, y ve un futuro a medio plazo en el que el protagonista es el móvil, quedando los primeros para ámbitos más específicos como el deporte y la salud.
¿Necesitamos smartphones tan caros? ¿Cuándo llegará la convergencia definitiva? Las preguntas del público
Ante la pregunta directa de si estos móviles con precios altos son una necesidad real, los contertulios coinciden en que es algo personal y que no siempre atiende a necesidades. Pero añade Jiménez de Luis que "las cosas emocionales son igual de importantes como las lógicas" y destaca lo que los móviles de 1.000 euros son capaces de hacer.
¿Y cuándo llegará esa convergencia definitiva? Denia tiene claro que esto ocurrirá en el momento que el almacenamiento sea gratuito, ilimitado y por supuesto seguro. El periodista de El Mundo reformulaba la cuestión planteándolo según la conquista de nichos del smartphone; éste va arañando mercado al ordenador quitándole sectores y tipos de usuarios al PC, según el periodista.
S-Pen, Face ID... ¿Qué nuevas tecnologías esperamos en estos móviles de 1.000 el próximo año? Turno para el punto de vista el fabricante. Sánchez Vargas opinaba que la experiencia de usuario va a ser el centro de la innovación y que se traducirá a nivel de hardware en la pantalla.
La evolución inevitable va a ir, por un lado, en la experiencia de usuario, y por otra en las pantallas. [...] Veremos mucha más interacción entre los móviles y coches, [...] y por supuesto la conexión del móvil con todo lo que hay en casa. (María Sánchez Vargas, Comunicación de LG)
Lahoz consideraba que a un año vista no veremos una gran revolución tecnológica, sino que como en los últimos años veremos evolución de aspectos ya existentes (como la seguridad o la fotografía). Y Denia afirmaba que para ella la revolución llegará con el establecimiento del 5G.
¿Qué móvil merece el gasto de más de 1.000 euros? ¿Os sería suficiente para trabajar? Lahoz opinaba que los móviles que han pasado la barrera de los 1.000 euros lo valen, aunque no podría valerse sólo con él para trabajar. Jiménez de Luis elegía el iPhone X y admitía que sí podría valerse de él para su trabajo, pero que le resultaba más incómodo que con un iPad Pro.
Carolina Denia pagaría más de 1.000 euros también por este smartphone porque dispone de apps que le permitirían poder trabajar sólo con él, aunque opinaba que sería más improductiva valiéndose sólo con el teléfono. Pastor afirmaba que actualmente no hay ningún móvil que pudiese sustituir de manera absoluta a un ordenador en cuanto a sus necesidades y que sólo en ese caso pagaría más de 1.000 euros, y Sánchez obviamente elegía el LG V30 (que no sobrepasa dicha cifra).
Dada cierta tarea como la reserva de un vuelo, etc., ¿lo hacéis con el ordenador o con el móvil? Jiménez de Luis lo reduce al software, explicando que sólo usa el ordenador para ciertos programas que no tiene en el móvil y que está habituado a hacerlo casi todo con él. Lahoz resume explicando que depende de qué tenga más a mano, y Sánchez y Denia recordaban que depende de la calidad del servicio y que lo realizan donde éste funcione mejor.
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