SleepIQ Kids es la cama conectada para los más pequeños

Debo reconocer que tanta monitorización y control de actividades me provoca algo de agobio, pero también entiendo que estamos evolucionando de forma importante en este asunto, y en muchos casos puede llegar a resultar beneficioso para los usuarios. El caso que os vamos a presentar en esta noticia tiene que ver con los más pequeños, y sus camas.

La compañía Sleep Number IQ ya se mostró muy activa en el CES del año pasado con unas camas conectadas, que en esta nueva temporada decrecen de tamaño para ser utilizada por nuestros hijos. Muchos sensores y conectividad WiFi permiten a los mayores conocer sus hábitos de sueño.

Muchos de los dispositivos que miden nuestras actividades tienen modos especiales para cuantificar el estado de nuestro sueño, nuestros parámetros en la cama. Pero suelen presentarse como gadgets que llevamos en el cuerpo, en ningún caso - que recuerde - están en la propia cama.


Sensores de presión a lo largo del colchón pueden determinar con bastante definición nuestros movimientos nocturnos. También puede registrar otros parámetros como nuestra respiración o ritmo cardiaco. Sin accesorios, sin pulseras que puedan llegar a incomodar.

Como era de esperar, toda esa información se manda a dispositivos móviles, donde es posible analizar el comportamiento, gracias a una aplicación llamada Sleep Dashboard. En ella hay espacio hasta para juegos, desgraciadamente no tenemos demasiada información sobre este tema.

Aprovechando la monitorización que se realiza del sueño, los desarrolladores completan el control pudiendo añadir actividades que se realizan fuera de la cama, como las comidas, deportes realizados en el día. La idea es que se puedan detectar comportamientos que actúan de alguna forma determinada en el sueño.

Jugando con luces, alarmas y ángulos

Teniendo en cuenta toda la tecnología presente, es fácil integrar sistemas de alarma que avisan a los padres de que el niño se ha levantado de la cama, o algún parámetro se sale de lo normal.

Volviendo a las posibilidades físicas de la cama, vemos que la parte superior de la misma se puede hinchar para cambiar el ángulo, lo que facilita el sueño en determinadas situaciones. También invita a realizar otras actividades, como leer.

Por último, no nos olvidamos del sistema de iluminación implementado, que va colocado en la zona inferior de la cama, con una intensidad débil para que no moleste, pero no quede la habitación en completa oscuridad. También se podrá controlar desde la aplicación móvil.

La SleepIQ Kids no es un dispositivo asequible, pero tampoco parece que los 1.000 dólares sean un precio desorbitado para todo lo que ofrece. Otra cuestión es valorar si es necesario plantar este nivel de control en las vidas de nuestros pequeños (siempre habrá casos en los que tenga sentido). Será una realidad a final de año.

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