Creo que ya ha pasado el mayor revuelo mediático que podría crear el Samsung Galaxy S8 y empiezan a florecer informaciones interesantes para los que nos gusta conocer lo que realmente hay dentro de los nuevos teléfonos. Hay un punto especialmente delicado en un terminal de gama alta como es la cámara, un aspecto por el que Samsung ha pasado de puntillas en esta renovación.
Lo ha hecho por una razón clara, la cámara no es una evolución importante con respecto al modelo del año pasado, cosa que nos preocupa demasiado a los que pensamos que ya estaba armado para competir con cualquiera. Entrando en gustos personales, y teniendo en cuenta especificaciones, los dos teléfonos más interesantes ‘con una cámara’ a día de hoy son el Galaxy S7 y el Google Pixel. Han salido teléfonos nuevos y creo que ninguno los desbanca de su posición.
No solo no han decidido crear un sistema de cámara principal nuevo, sino que han pasado completamente de la tendencia de colocar dos sensores a la espalda del teléfono. Sus perseguidores en el mercado no han dudado ni un momento en que esto debe ser así: Huawei con Leica y el blanco y negro, iPhone con el bokeh y dos focales en su teléfono más grande, o LG con dos angulares extremos.
Esto es un asunto curioso ya que Samsung tiene dos caras, la de creador de los mejores teléfonos, y la de suministrador de componentes para terceros. Para su uso interno está obviando la posibilidad de colocar dos cámaras, sin embargo se frota las manos con lo que espera ganar en meses sucesivos sirviendo sensores y circuitería a terceros.
Desde el punto de vista hardware no habrían tenido ningún problema para desarrollar un sistema con dos cámaras, con el nuevo Exynos 9 se abre la puerta a una configuración máxima bastante bruta: 28 y 16 megapíxeles, dos sensores codo con codo. Ya veremos qué ocurre, como dice mi compañera Anna, posiblemente sea una especificación especial para el próximo Note.
Las novedades que se descubren: dos papás para una cámara
Se lleva rumoreando demasiado tiempo que la cámara iba a ser la misma y que Sony sería de nuevo el que les sirviera el sensor. Las primeras pruebas nos dicen que esos módulos van a tener dos padres - como ocurrió con el S7 o el S6 -, la citada Sony la propia Samsung a través de su empresa System LSI.
Ya se ha probado que algunas unidades del Galaxy S8, y su versión Plus, cuentan con un sensor Samsung ISOCELL (S5K2L2) - mirad imágenes -. Los teléfonos que empleen esta solución, han elegido un sensor Sony IMX333. He estado buscando información en la web oficial de la firma japonesa, pero no encuentro uno similar.
Desde SamMobile nos cuentan que ambos son iguales en especificaciones principales: 12,2 megapíxeles, un tamaño de 1/2,55 pulgadas (1,4um), el sistema de enfoque Dual Pixel, y la estabilización en una óptica con una apertura máxima f/1,7.
Tendremos que esperar a que los especialistas abran teléfonos o las empresas involucradas sean más transparentes con los componentes que hay dentro de los Galaxy S8, pero por ahora nos tenemos que quedar con esta info, que parece bastante fiable. Son unos ingredientes fantásticos.
Sobre la cámara frontal…
Parece que ocurre exactamente lo mismo, hay dos padres para un mismo componente: bien Sony con su IMX320, bien System LSI (Samsung) con un S5K3H. En ambos casos se trata de un sensor de 8 megapíxeles con enfoque automático, capacidad de grabar vídeo QHD, además de mejorar la imagen con HDR o estabilización electrónica.
Samsung nos cuentan que mejoramos en enfoque, definición, y reconocimiento facial, también nos meten una lente con apertura f/1,7.
Las novedades oficiales: tres fotos para conformar una
Samsung ha publicado esta noche un documento explicando novedades sobre la cámara de sus nuevos teléfonos, y sí, allí dice que a nivel hardware hay poca diferencia, por no decir ninguna. Se centra en contarnos cómo han mejorado las tomas a nivel de software - sinceramente, es lo mejor que podían hacer con una buena base -.
Samsung nos habla de un sofisticado sistema “multi-frame” que lo que hace es mejorar el procesado interno de las imágenes para conseguir más luz y definición, independientemente del entorno en que estemos disparando.
Lo que hace la tecnología es tirar tres fotos en el mismo momento, se selecciona la imagen más clara, y con las otras dos se intenta compensar para conseguir la mejor imagen posible, tanto en el centro como en el contorno.
Curiosamente esta técnica es la misma que emplea Google con el Pixel, y la verdad que tiene todo el sentido del mundo. Si tomamos varias tomas en un mismo momento, aunque sea con los mismos parámetros, van a salir diferentes por cuestiones de azar, de la naturaleza del sensor. Si tenemos un software que elija las mejores partes de cada foto y las funda, seguro que algo ganamos.
Filtros y uso con una mano
Samsung no se puede salir de lo que demanda el mercado, tiene que darle diversión y posibilidades de personalización a las tomas, por eso ha metido más filtros - 16 -, stickers estáticos y dinámicos - 34 - y sellos - 50 -. Todo ello a nivel de interfaz y teniendo en cuenta el reconocimiento facial para añadirlos de forma automática.
A la otra cosa que le quieren dar visibilidad es el control con una mano. La interfaz ahora tiene que lidiar con un teléfono alargado en su pantalla, por esto, tanto encender la cámara como controlarla tiene que poderse hacer fácilmente: hay gestos para cambiar entre cámaras y modos, los controles están a la mano.
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