El regalo de estas navidades, la popularización definitiva del arte de la fotografía, el hobby de las nuevas generaciones. Sin lugar a dudas comprar una cámara digital se ha convertido en algo habitual y complejo a la vez. Y digo complejo por la amplísima oferta del mercado y por el vasto conjunto de nuevos términos necesarios para descifrar la calidad de una cámara por parte de los no iniciados. Esta guía pretende aportar algunos consejos a la hora de realizar una buena compra sin necesidad de perdernos en mares de tecnicismos ni llegar a ser un auténtico experto.
El primer factor a tener en cuenta es el perfil del usuario de la cámara. Como es normal, no es lo mismo un modelo destinado al segmento profesional que otro para ser usado para usuarios convencionales. No es infrecuente asistir a la adquisición de camáras digitales de más de 500 euros por parte de usuarios que van a utilizarlas para tomar fotos de 10x15 de sus vacaciones y que, en realidad, podrían haberse ahorrado una gran cantidad de dinero.
No todo son megapíxeles
Al igual que ha ocurrido durante años con los megahertzios de los procesadores de los ordenadores personales, el primer error que solemos cometer es el de cuantificar la calidad de una cámara en función de los megapíxeles. Esta unidad que mide la resolución de las imágenes capturadas con la cámara y determinará más que la calidad de las fotografías, su tamaño. Al final la calidad viene en función de los píxeles por pulgada (ppi), siendo una buena referencia llegar a los 300ppi. Con una cámara de 2,1 megapíxeles se llega a esa cifra para fotos de 10x15 centímetros, para las de 13 x 18 cm necesitaríamos 3 megapíxeles y así sucesivamente. La clave para acertar es tener bien presentes nuestras necesidades y qué tamaño de fotos queremos generar: para usuarios convencionales, tres megapíxeles es más que suficiente. Un último apunte, muchas veces los fabricantes hablan de megapíxeles totales y megapíxeles efectivos. Esto es debido a que hay modelos que utilizan píxeles para la eliminación de ruidos o ajuste de colores, haciendo que los totales sean más que los megapíxeles efectivos, que son los que en realidad se corresponden a la imagen y constituyen el dato que debemos mirar.
Tenemos este factor como diferenciador en la Casio QV-R62 de 6 megapíxeles, Olympus Stylus 500, 5 megapíxeles o Exilim Ex S100 de 3 megapíxeles.
Ojo con el zoom óptico
Cuando nos venden el zoom de una cámara digital, conviene siempre acudir a la letra pequeña puesto que hay dos tipos de zoom: el óptico y el digital. De ellos el que realmente nos va a importar es el zoom óptico, que es el que permite el acercamiento de los objetos fotografiados. Tal como está el mercado, un valor notable lo encontramos a partir del zoom óptico 3x. Hay que ser cuidadosos porque cuando los fabricantes ofrecen un zoom sin especificar si es óptico o digital, se suelen referir a la multiplicación de ambos.
Un ejemplo de potente zoom óptico en la Olympus c765.
La óptica
Un factor a tener en cuenta es la calidad de la óptica - al margen del valor del zoom - de la cámara y la de su sensor CCD (chip que es un sensor formado por una matriz de elementos sensibles a la luz que recogen la información sobre esta procesándola mediante un software para crear una imagen y guardarla en la memoria). La diferencia en la óptica es la causante de las diferencias de precios entre modelos aparentemente de iguales prestaciones (resolución, zoom y capacidad de almacenamiento). Y es que una Airis no es una Nikkon por muy buenos valores que tenga en estas características.
Un ejemplo de buena optica lo tenemos en la d70 de Nikon.
Capacidad de almacenamiento
Si hay algo que nos preocupa a los que adquirimos una cámara digital es ¿cuántas fotos podré hacer con ella?. Para responder a esta pregunta hay que tener en cuenta dos factores, por un lado tenemos la memoria interna que trae la cámara y por otro, la capacidad de utilizar tarjetas de memoria removibles. Existen diversos formatos en el mercado: Compact Flash, Multimedia Card/Secure Digital (SD) y Memory Stick (exclusivo de Sony), son quizás los más populares. Las diferencias entre ellas no son demasiado ostensibles - tal vez apenas que las SD son más pequeñas y manejables - por lo que la mejor apuesta debería ser que la cámara a elegir sea compatible con las tarjetas que ya tengamos o, si se incluye el regalo de tarjeta de memoria, que sea del mayor tamaño posible.
La cantidad de fotos es inversamente proporcional a la resolución a igual memoria. Es decir, si hacemos fotos a la máxima resolución de la cámara con 128 megas de memoria, con un modelo de 3 megapíxeles podremos almacenar alrededor de 105 fotos, mientras que con uno de 4 megapíxeles andaremos alrededor de las 65.
Al hilo de esto, se preparan nuevos formatos de tarjetas.
La pantalla
Una de las innegables ventajas de la fotografía digital es la incorporación de una pantalla en sus modelos a través de la cual observar que va a ser fotografiado y contemplar las instantáneas tras haberlo realizado. Respecto a la pantalla hay dos características importantes, su tamaño y la resolución de la misma. En ambos casos a mayor valor, mayor calidad, aunque suele ser un aspecto que influye bastante en el precio de la cámara y que muchos usuarios llegan a considerar secundario.
Conectividad
Lógicamente querremos conectar nuestra cámara a un ordenador para volcar las fotos. Para ello a estas alturas debemos exigir como mínimo USB 2.0, más rápido en la transmisión de la información que su predecesor, y sobre todo si somos usuarios de un MAC, soporte de FireWire. Otro estándar interesante que debe cumplir el modelo de cámara digital que elijamos es el PictBridge, que permite conectarla directamente a las nuevas impresoras portátiles, sin necesidad de que ningún ordenador medie en el proceso.
Tamaño y diseño
Cada vez más van ganando peso estos dos factores a la hora de elegir cámara digital. Poder llevarla en el bolsillo o tener un diseño atractivo son valores que no deberíamos despreciar a priori, pues luego las comparaciones son odiosas.
¿Pilas o baterías?
La primera opción es más barata, la segunda ofrece mayor autonomía. En cualquier caso suele ser recomendable adquirir un repuesto.
Otros factores a considerar
Los anteriores aspectos sin duda son comunes a todos los potenciales compradores de una cámara digital. Sin embargo existen otros aspectos que puede ser interesantes para algunos usuarios. Entre ellos cabe destacar que traiga diversos modos de disparos preconfigurados, de manera que facilite su uso a un usuario no experto. Otro valor añadido son las cámaras que incluyen la grabación - algunas incluso algunas características de edición - de vídeo en formato MPEG. Algo que también deberíamos mirar con lupa es el software para administrar y editar las imágenes en el PC, muchas compañías lo incluyen con sus modelos.
Como complemento a la guía de cámaras, nada mejor que la Guía de la imagen de la FNAC (encontrada vía Digital Soul)